Macho de sapo corredor cantando. Al fondo un sapillo moteado
Macho de sapo corredor cantando. Al fondo un sapillo moteado
Vicente Hernández Gil
Sapo Corredor (Bufo calamita)
Sapo Corredor (Bufo calamita)
F. Robledano

     El Sapo Corredor es más pequeño que el Común, teniendo un tamaño próximo a los 7 cm. Su aspecto es robusto, con la cabeza redondeada y el hocico corto. Las patas son cortas, especialmente las posteriores. Los ojos son prominentes, con la pupila horizontal y el iris amarillo finamente vermiculado de negro. La piel es verrugosa, sobre todo en la parte dorsal. Las glándulas parótidas, situadas tras los ojos, son patentes y se disponen paralelas.

     La coloración dorsal del Sapo Corredor es muy variable, generalmente a base de manchas irregulares verdes sobre fondo claro. Es frecuente que aparezca una línea vertebral dorsal clara, amarillenta, que puede estar rota o ausente en algunos ejemplares.

Hábitat y distribución

     Ocupa una gran variedad de hábitats, prácticamente todos los de nuestra región, desde las dunas litorales hasta los bosques de las sierras interiores. Fundamentalmente terrestre, acude al medio acuático sólo durante la época de reproducción. Tolera bastante bien el agua salobre, especialmente en zonas litorales, donde en ausencia de agua dulce puede llegar a criar en charcas marginales de salinas.

     El Sapo Corredor se extiende desde Portugal hasta Bielorrusia y Ucrania por el oeste y Estonia por el norte, con algunas localidades en el sur de Suecia. En España está presente en la totalidad de su territorio, faltando sólo en la franja costera asturiana y cantábrica. Se distribuye por toda la Región de Murcia, desde el nivel del mar en la playa de Cabo de Palos hasta los 1.400 m en el macizo de Revolcadores. Su presencia se hace más rara con la altitud.

Costumbres

     Como la mayor parte de nuestros anfibios, el Sapo Corredor es de hábitos crepusculares y nocturnos, aunque puede presentar actividad diurna durante la época de reproducción o en periodos lluviosos. Normalmente pasa el día oculto en pequeñas galerías excavadas por él o ya existentes, bajo piedras, troncos, en grietas de muros u otros refugios. Activo durante todo el año, permanece recluido sólo cuando las temperaturas son extremas.

     Se reproduce durante todo el año, aprovechando desde las primeras lluvias hasta las últimas de Noviembre, siempre que se llenen de agua los estanques de cría. Los lugares elegidos para la puesta son con frecuencia charcas temporales, cuya imprevisible duración puede dar al traste con los renacuajos. Los machos en esta época desarrollan almohadillas nupciales y un saco bucal que presenta tonalidades azuladas. La puesta la efectúan en largos cordones de huevos envueltos en una gelatina, que enredan en la vegetación del agua o simplemente la depositan en el fondo.

Protección y conservación

     Las principales amenazas son la destrucción de sus singulares hábitats de reproducción, las charcas temporales, por nuevas roturaciones, urbanizaciones... También los atropellos en carreteras y pistas forestales, y la sustitución de cultivos de secano por intensivos de regadío.

     Las poblaciones con mayor riesgo de extinción serían las que ocupan zonas muy humanizadas con hábitats muy fragmentados, lo que coincide con amplias extensiones de su área de distribución en Murcia.

Vicente Hernández Gil