Ídolo de cabeza ancoriforme y cuerpo radiado. La Serreta
Ídolo de cabeza ancoriforme y cuerpo radiado. La Serreta
Antonio Moreno Marín

El paisaje abrupto del Cañón de Almadenes parece no invitar al establecimiento de actividades humanas, pero la realidad es que el hombre ha ocupado estos parajes desde la Prehistoria.

En este espacio natural encontramos dos yacimientos arqueológicos. Se trata de dos  abrigos rocosos labrados por el río en la roca caliza. La Cueva de los Monigotes o Abrigo del Pozo se sitúa en la margen derecha del Segura. En sus paredes se pueden observar pinturas rupestres datadas en el Eneolítico. Se trata de dibujos de trazo esquemático que representan personas, animales y algunos objetos. La Cueva de la Sima de la Serreta también conserva importantes pinturas rupestres y restos arqueológicos que van desde el neolítico hasta la época islámica medieval.

Ambas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Otra muestra de la actividad del hombre son los cultivos tradicionales. Hasta la misma antesala del cañón llega la vega arrocera de Calasparra, en el paraje de Las Hoyicas. El método productivo tradicional y la calidad del producto han hecho a este arroz merecedor de una denominación de origen, lo que convierte a estos arrozales en un recurso de gran valor económico y social.