El alcaraván es un ave típica de zonas esteparias, aunque se encuentra emparentado con el grupo de los limícolas. Es de mediano tamaño, con patas largas, amarillas, y un robusto pico, también de color amarillo, con la punta negra. Destacan sus grandes ojos amarillos, y una franja alar blanca en el plumaje críptico que lo cubre, pardo con un moteado oscuro, y que le permite pasar desapercibido a sus posibles enemigos, incluso permaneciendo cerca de su posición.

Hábitat y distribución

     En Murcia puede verse al alcaraván desde las dunas litorales hasta el interior, en eriales, barbechos, cultivos herbáceos de secano, matorral, y, en general, en zonas llanas con escasa vegetación, dispersa y de porte bajo. Esta descripción coincide con amplias zonas de la geografía regional: saladares del Guadalentín, marinas y llanuras litorales de Cartagena, Lorca, Mazarrón y Águilas, zonas esteparias del Altiplano, Tornajuelo, Cagitán, Almendricos, Rambla Salada, Ajauque...

     Se distribuye por toda la península, ocupando además todo el Paleártico, hasta Asia e Indochina, norte de África y zonas al sur del Sáhara.

Costumbres y alimentación

     Las aves ibéricas parecen ser sedentarias, recibiendo efectivos europeos durante el invierno, con los que llegan a formar bandos numerosos en esta época. Sus hábitos crepusculares incluyen gritos sostenidos, que hacen contestar a los vecinos más cercanos formándose ruidosos coros nocturnos. Pasa la mayor parte de su vida en tierra, desplazándose y huyendo a pie siempre que puede. Levanta el vuelo ocasionalmente, alternando un lento y poco profundo aleteo, con planeos.

     El alcaraván se alimenta principalmente de invertebrados (ortópteros, coleópteros, caracoles, miriápodos...), incluyendo a veces su dieta pequeños vertebrados (ratones, topillos...), por lo que resulta un gran aliado para los agricultores.

Protección y conservación

     Hasta hace pocos años más extendido, el alcaraván ha ido desapareciendo de amplias zonas de nuestra región, y del resto de su área de distribución, a la par que los cultivos de secano tradicionales a varias hojas (siembra, barbecho, erial, roturado) a los que se encuentra muy ligado. La intensificación de las labores agrícolas y el uso de pesticidas, las urbanizaciones tanto del litoral como del interior, y las repoblaciones con arbolado en zonas llanas, también reducen su hábitat y el de otras aves esteparias en Murcia. Se desconoce la existencia de medidas de gestión practicadas en los ecosistemas esteparios, pese a albergar al más numeroso de los grupos de aves considerados con algún grado de amenaza, lo que confiere a estos ecosistemas un gran valor de conservación.

Vicente Hernández Gil