Entrada a la urbanización Camposol, en el Campo de Cartagena (Murcia)
Palmera datilera (Phoenix dactylifera)
José Antonio López Espinosa
La Palma (Cartagena)
Palmera datilera (Phoenix dactylifera) de 13 brazos de La Palma
José Antonio López Espinosa

    Árbol dioico de hasta 30 m de altura. Tallos grisáceos, cubiertos por restos de antiguas hojas, una vez la planta es adulta no presentan crecimiento en grosor. Decenas de hojas, de hasta varios metros de largo, pinnadas, con segmentos de 20-40 cm, plegados, de extremo rígido y punzante, agrupadas a modo de penach,o muy característico al final del tronco. Flores pequeñas, de seis piezas en dos verticilos, las masculinas con seis estambres, las femeninas con tres carpelos, madurando uno únicamente, dando lugar por tanto a un solo fruto por flor. Inflorescencias grandes, ramosas, flexibles, zigzagueantes, protegidas por largas espatas. El fruto es un dátil, de un solo hueso, alargado y de coloración pardusca-rojiza cuando maduro.

Ecología

    Principalmente cultivada por su valor ornamental o para aprovechar sus frutos. En jardines o terrenos abiertos de territorios muy cálidos, con muchas horas de sol y sin heladas. Florece en primavera, los frutos maduran a mediados de noviembre.

Distribución

    Especie de origen incierto, posiblemente crezca de forma natural en el Norte de África y sudoeste de Asia. Se considera naturaliza en ambientes húmedos de nuestra provincia y otras del sureste peninsular (Alicante y Almería). Pisos termo y mesomediterráneo, ombrótipos seco y semiárido. Extendida en la Región de Murcia, sobre todo en zonas cálidas.

¿Dónde encontrarlo?

    Son famosas las grandes extensiones del Palmeral de Elche (Alicante), a pocos kilómetros de la ciudad de Murcia, que cuenta con más de 200.000 ejemplares y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en noviembre del año 2000. Más cerca hay buenos palmerales en los alrededores de Abanilla y palmeras singulares como la de La Palma (Cartagena), con 13 brazos, que podemos ver en la plaza García Vaso, frente a la Ferretería Escribano. A la Palma se accede desde la autovía Murcia-Cartagena, por la salida del Albujón; al poco de entrar en el pueblo nos encontraremos la plaza con la palmera a la derecha, en una zona ajardinada en la que destaca un enorme Ficus junto a la carretera.

Observaciones

    Curiosamente, a pesar de tratarse de una especie cultivada, estaba incluida en el antiguo Catálogo Regional de Especies Protegidas (Orden de 17 de febrero de 1989, sobre la protección de especies de flora silvestre de la Región de Murcia, BORM núm. 55), sin vigencia desde el 30 de junio de 2003, aunque actualmente su desarraigo también está muy regulado (Anexo II, Decreto Nº. 50/2003 de 30 de mayo de 2003, BORM núm. 131).

    El cultivo de la palmera datilera en huertos tiene origen árabe, la presencia de uno o varios ejemplares junto a las casas o en jardines es un hábito heredado y extendido en Murcia y buena parte del levante y Andalucía. Apunta el pintor murciano Zacarías Cerezo el importante papel de las palmeras como señales de la Huerta: “siempre me intrigó porqué se mantenían algunas cuyos dátiles no eran buenos de comer y ni siquiera los querían los pájaros. La explicación es que las palmeras tenían otra función añadida, y es la de señalizar las casas diseminadas entre un mar de frutales, orientar al huertano por el entramado de senderos. Las palmeras sobresalen varios metros sobre el arbolado y sabíamos que bajo ellas había una casa, quizás la que buscábamos. Era una Huerta poco habitada, de casas aisladas y de caminos y senderos tortuosos y embarrados; las palmeras eran la única señalización en el laberinto verde”.

    Respecto a los transplantes se sabe que es necesario prestar especial atención a la orientación original y definitiva de la planta, que debe ser la misma para no producirle la muerte. Sobre todo se ha plantado por sus frutos, si bien el aprovechamiento ornamental prevalece en la actualidad. Además, sus hojas o palmas son utilizadas en la procesión del Domingo de Ramos de la Semana Santa murciana.

    La proliferación de complejos urbanísticos ha promovido la importación de palmeras de otros países, sobre todo Egipto. Con éstas ha venido una grave plaga, el picudo rojo, detectada en Murcia por primera vez en 2005. En 2013 ya ha afectado seriamente a numerosos individuos, e incluso a palmerales completos, siendo particularmente devastadores los efectos sobre la palmera canaria (Phoenix canariensis), la principal damnificada. Aunque se ha desarrollado un mecanismo de control biológico (mediante el empleo de un hongo específico) para hacer frente al picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), este actúa principalmente en los adultos, y no sobre las larvas, que son las que afectan al tronco y dañan hasta conducir a la muerte a los ejemplares.

    Una especie próxima es la palmera canaria (Phoenix canariensis) de tallos más gruesos, hojas más cortas y dátiles más cortos y gruesos. Una "palmera" autóctona es el palmito (Chamaerops humilis), se comenta ésta y otras especies introducidas en la ficha correspondiente.

José Antonio López Espinosa