La costa acantilada que se levanta abruptamente desde el mar constituye un magnífico refugio para numerosas especies de aves. Destaca sobremanera el Halcón Peregrino, residente habitual de estos lares. La Pardela Cenicienta y el Paiño Mediterráneo se reproducen en un islote cercano. Todo parece complementarse de manera certera. Son animales que viven de la pesca y de los despojos que vierten al mar los barcos arrastreros que faenan en la zona. La coyuntura se tercia idílica.

La calidad superior de sus aguas, la existencia de enormes recursos pesqueros, relativamente abundantes en un entorno sobreexplotado, y la disposición tan característica de la plataforma continental, que alcanza importantes profundidades a escasa disposición del litoral, amén de las condiciones de este punto marítimo, propician el mantenimiento de una población considerable del llamado "Delfín Mular". A menudo se les ve ajenos al ser humano, o quizás pendientes de él. Son el contrapunto a la tranquilidad en esta zona, o quizá contribuyen sobremanera a ella.

Por cierto que los aficionados a la Naturaleza pueden disfrutar durante la Primavera de un bonito espectáculo, esto es, la eclosión de los huevos de gaviota y de otras especies como las garzas, los halcones, los cormoranes y las palomas silvestres, que pueblan, fundamentalmente, los islotes de un entorno paradisíaco. Las visiones que podemos captar superan con creces lo que la imaginación nos pueda ofrecer en un cierto momento de tranquila lectura.

Llegar hasta aquí por tierra o por mar constituye todo un placer para la vista y los sentidos. Es impresionante contemplar las paredes de piedra de los acantilados resquebrajándose ante el imponente mar, y es en este contexto donde la naturaleza, el agua y el aire han tejido un sinfín de cuevas y de grutas que nos portan a elucubraciones de bandidos, piratas y contrabandistas que, sin duda, en tiempos anduvieron por estos lares.

No es exagerado pensar que este territorio costero es una de las señas de identidad de la Región. Aquí se ubica un mar y una tierra que son sensibles a las actividades que se desarrollan en su entorno y a las agresiones que conlleva el progreso. Para conocer mejor su estado y poder disponer de datos importantes que ayuden a diseñar estrategias que eviten su deterioro se sugiere un estudio exhaustivo del ecosistema con las paralelas y necesarias medidas cautelares que eviten desastres difíciles de enmendar.

Es éste un espacio singular que, a su manera, es referente, centro y motor de actividades productivas y turísticas con una relativa repercusión en la economía local y regional. Sus valores naturales y sus poblaciones de aves acuáticas califican a este tramo montañoso como de importancia nacional y hasta internacional. Como en otras partes, es un mar muy sensible a todas las actividades que se desarrollan a su alrededor, como la agrícola, que le hace llegar a través de sus ramblas los fertilizantes utilizados en los campos, que tanto contaminan, sin olvidar el turismo con el desarrollo urbanístico y las actividades náutico-deportivas.