Restos históricos
Torre de Santa Elena

Las instalaciones, que aún guardan un sabor histórico, son conocidas como el "Castillito" por la forma de sus edificios y por sus torres de vigilancia, con sus impresionantes almenas. Constituyen una visita obligada por ese paisaje que se advierte y por el que debemos caminar para subir hasta aquí arriba. La panorámica, la visión extraordinariamente brillante que se contempla desde cualquiera de sus miradores, hace que merezca la pena el esfuerzo de conducirnos hasta este paraje. Como reducto de la importancia del destacamento militar que una vez existió todavía quedan dos inmensos cañones que nos invitan a un oteo paciente del inmenso horizonte.

Otro de los restos históricos que merece la pena que veamos en esta zona está en La Azohía. Se trata de la Torre de Santa Elena, dedicada a la advocación de este nombre, protectora de los cristianos en tiempos, una construcción con forma hexagonal, y que también se impone al viandante y reclama su atención. Se construyó en el siglo XVI para impedir el desembarco de corsarios y de piratas. No fue éste el único punto de la costa que tuvo que guarecerse de ataques externos durante siglos. En no pocas ocasiones, los habitantes de este territorio tuvieron que huir despavoridos.

Desde este sitio divisamos un laberinto de redes a diestro y siniestro. Constituyen una técnica de pesca conocida desde la época romana con el nombre de "almadraba". Hoy en día continúa en la zona para la captura de melva, bonito, lecha y otras especies migratorias. Aunque la boyantía económica no es la que fue, permite que los pescadores mantengan un cierto nivel de vida: son éstos unos hábitos que se esfuerzan por no ser víctimas de la extinción, como ha ocurrido con otros oficios tradicionales de la zona.

Como es de suponer, y como debemos tener presente cuando hablamos de sitios de alto valor ecológico, las normas básicas para la protección del Medio Ambiente, dictadas por la Secretaría General de Turismo, nos recuerdan que en lugares tan emblemáticos y extraordinarios el mejor consejo es disfrutar y observar la flora y la fauna, pero sin capturar animales ni arrancar plantas.
Cuando se visiten Parques nacionales y naturales hay que disfrutar de ellos y evitar de manera incondicional su deterioro.

Por otro lado, meditemos en torno al hecho de que los incendios forestales, y esto es algo que debemos recordar constantemente, ocasionan en España graves pérdidas económicas y ecológicas. No se deben encender hogueras en el campo, salvo en los lugares señalados para ello. También es recomendable apagar las colillas de los cigarrillos y no arrojarlas por la ventanilla del automóvil. Aunque nos parezca que la vegetación es escasa tiene un alto valor para el ecosistema en cuestión, como igualmente ocurre en otros de este mismo calado.