Miércoles 5 de marzo de 2008. 152,5 kilómetros.

Rubiera se adjudica la etapa reina en una dantesca jornada, mientras Aitor Pérez se coloca líder, en un día marcado por el fortísimo viento y las brusca bajada de temperaturas, que dejó entrever un posible plante camino de Ricote, pero que acabó por depararnos un bonito espectáculo, muy digno de las grandes carreras, merced a la implicación en la lucha por el triunfo de etapa que nos brindaron Contador, Garzelli, Valverde, Mosquera o Vázquez, entre otros.

Antonio J. Salmerón

Perfil de la segunda etapaA diferencia de la última edición de la Vuelta a Murcia, entonces con meta en Fortuna, el Dios Eolo no logró arruinar la fiesta que nos acabarían por deparar algunas de las estelares figuras que abundan en este pelotón. Hubo fuga, como era de esperar, en busca de los primeros pasos puntuables y, por qué no también, pensando en que ante tan adversa climatología, hubiera quien se amedrentase, y dejaran hacer a los de delante. Por Cieza pasaron primeros los dos protagonistas de la jornada inaugural, Serov (Tinkoff) y López Gil (Andalucía), seguidos de Jesús Rosendo. Más adelante, en Ricote, Urtasun (Liberty) cruzaba por delante de Serov y López Gil. En lo que respecta a los pasos puntuables de montaña, tocó el turno a uno de los integrantes del equipo que estaba llamado otra vez al protagonismo en casa, el conquense del Contentpolis-Murcia, José Herrada, que se adelantaba a Jon Bru (Liberty), y a su compañero de filas, Sánchez Pimienta, que a la conclusión de esta jornada se afianzaría en la general individual de la Montaña. Pero ya por el Alto de Pliego, de tercera, transitaba un trío de fugados encabezado por José Antonio Redondo (Andalucía), seguido de sus compañeros de aventura Jorge Azanza (Euskaltel) y Gustavo Domínguez (Karpin Galicia).

Este reducido grupo iba a ser abortado en pleno ascensión a Sierra Espuña, y por el Alto del mismo nombre, coronaba el corredor extremeño del Contentpolis-Murcia, Julián Sánchez Pimienta, seguido de Mikel Astarloza (Euskaltel) y otra vez José Herrada, compañero de Pimienta. Otra cosa muy distinta sucedería en adelante, en las curvas de herradura de ascensión al Collado Bermejo, por donde el mano a mano entre Valverde y Garzelli lo acabó ganando el murciano de Las Lumbreras, que se hizo con el memorable Trofeo Cima Marco Pantani.

Viento, lluvia, frío e incluso nieve

Una jornada en la que las condiciones climatológicas, en forma de viento, llovizna y aguanieve castigaron un poco más al pelotón que, en la primera parte de la carrera hicieron un amago de parón en señal de protesta por el fuerte viento.

Ese parón, algo que no es nuevo en la prestigiosa prueba murciana, pues el pasado año ocurrió algo similar, además con el mítico alto Collado Bermejo/Cima Pantani, debido a las malas condiciones climatológicas.

Una especie de plante cuando tan sólo se llevaban 45 kilómetros de la catalogada jornada reina, con cuatro altos por medio, dos de tercera en el primer tramo y dos de primera en la segunda parte de la carrera, los altos de Espuña y Collado Bermejo.

Chechu Rubiera en el podio de la Vuelta Ciclista a Murcia 2008 tras ganar la segunda etapa - Susanne GoetzeMucha tensión al comienzo, ya que el trazado era el señalado para hacer la denominada criba para el podio y en esta ocasión tuvo el aderezo adicional del fuerte viento que en algunas ocasiones, de cara, llegó a ser de unos 80 kilómetros por hora.

El viento fue una dificultad más en la jornada reina, pero los corredores que están en la prueba con la intención de ganar se dejaron ver en los momentos claves de la misma, en la parte final, en las subidas de Espuña y, especialmente, en la ascensión al Collado Bermejo donde se formó el grupo que iba a luchar por la victoria.

En las rampas del Collado Bermejo se escenificaron los momentos más vibrantes. El primero de entre los elegidos en prender la mecha fue Ezequiel Mosquera (Karpin Galicia), quinto en la última Vuelta a España. Una vez cogido el gallego, era Garzelli el que trataba de escapar por delante pensando en alzarse con el trofeo que hace mención especial a su añorado compatriota, a la vez que convencido en sus extraordinarias prestaciones cuesta abajo. Pero ahí estaba el local Alejandro Valverde, que apretó los dientes y evitó que el trasalpino se saliera con la suya.

Fue un final que bien pudiera haberse confundido con una de esas etapas del Tour o del Giro o de la Vuelta. Pero la realidad del ciclismo actual nos deparó rarezas en otros tiempos pasados como que tres equipos pro-continentales tuvieran doble presencia en la fuga de cabeza: Contentpolis-Murcia (Vázquez y Etxarri), Acqua Sapone y Tinkoff, batiéndose en duelo con los Alberto Contador y Alejandro Valverde; un duelo que terminó en tablas, y de ese empate se aprovecharon otros. El marcaje entre ambos lo aprovechó el veterano Rubiera, que era el que a priori contaba con menos opciones de cara a una recta de meta en ligera pendiente y muy escasa. Así que el asturiano del Astana, hizo de revisor, pidió permiso y se atrevió incluso a lanzarse primero, lo que le valió imponerse a un Aitor Pérez en un momento muy dulce. Y eso que los Tinkoff y los Contentpolis-Murcia iban con las orejas tiesas.

La tercera etapa se disputó entre las localidades de la costa mediterránea de Puerto Lumbreras y San Pedro del Pinatar, de 146 kilómetros y los altos de Purias y Cedacero, ambos catalogados de tercera categoría, como principales dificultades montañosas.