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DEPORTES

Ignacio García Camacho

Biografía

Ignacio García Camacho con el mailliot de campeón de España
Ignacio García Camacho con el mailliot de campeón de España

El 8 de mayo de 1983 Bernard Hinault se hacía con su segunda Vuelta a España en dos participaciones. El francés, que ya era una gran estrella del ciclismo, estuvo acompañado ese día en el podium por Marino Lejarreta, que fue segundo, y Alberto Fernández, que acabó en tercera posición. No fue una Vuelta más, fue la primera retransmitida en directo por televisión española y la causante de que Ignacio García Camacho decidiese desde ese momento seguir los pasos de todos aquellos ciclistas que había visto por televisión. “Seguí con mucha atención esa vuelta y decidí comprarme una bici. Yo por aquella época tenía 15 años y recuerdo que la Vuelta a España se disputaba en los meses de abril y mayo. Estuve entrenando unos meses y en agosto empecé a correr en la peña Ángel Guardiola”, afirma.

1983 y sus primeras pedaladas

Ese mismo año, en 1983, el murciano, nacido en Cieza el 4 de agosto de 1968, ya participó en diez carreras y decidió dejar definitivamente el fútbol para dedicarse de lleno al ciclismo “Yo estaba en el equipo de fútbol de Cieza en la categoría de cadetes. Estuve una temporada y media practicando este deporte pero llegó un momento en que no me gustó como funcionaba el equipo. Jugaba como portero y en un partido el entrenador me quiso sacar en el último minuto. Le dije que saliese él y me fui...y ahí termino mi etapa como futbolista”, recuerda.

Empezó, sin embargo, otra mucho más importante y que duraría bastantes años más: su etapa como ciclista.

En pleno mes de agosto y con el sol murciano como testigo, Ignacio decidió que el Rincón de la Seca, en Murcia, era el lugar idóneo para participar en su primera carrera ciclista. No hubo suerte y el calor, por un lado, y la falta de experiencia, por otro, hicieron que aquella carrera acabase para él con una retirada. De igual manera acabaron la mayoría de carreras en las que tomó la salida ese año, a excepción de la disputada en Jumilla en la que logró un meritorio décimo puesto, que algunos años después todavía recuerda. Pero ni el sol ni la superioridad de los que entonces eran sus rivales fueron suficientes para desanimarle.

En la temporada siguiente, en su segundo año de cadetes y en las filas del Club Ciclista Agrivicon, García Camacho consiguió su primera victoria, aunque, cosas de la vida, no pudo levantar los brazos para celebrarlo. “ Fue en Orihuela, la carrera se disputaba en un circuito y ese día llovía mucho. El reglamento dice que cuando falta media carrera o menos, si se suspende queda tal cual iba en el momento de la suspensión. Yo iba escapado y suspendieron la carrera así que me dieron como ganador. Me hizo ilusión a medias”, comenta.

Su etapa de juveniles y aficionados

Su paso a la categoría de juveniles lo dio de la mano de la Peña Ciclista Ángel Guardiola de Cieza para pasar al año siguiente, en 1986, al equipo Dulcesol. “Mirando hacia atrás, mis mejores recuerdos sobre la bicicleta son de esta época. Estudiaba FP y además estuve dos veranos trabajando de albañil con mi tío, pero aún así yo estaba deseando que llegase el viernes a las seis de la tarde para tener todo el fin de semana para montar en bicicleta e ir a las carreras”, afirma.

Después llegó su etapa de aficionados y el ciclismo dejó de ser un juego para convertirse en algo más serio. Por eso, tras su primer año en la categoría en el equipo de la CAM, García Camacho decidió probar fortuna e irse al País Vasco. “Allí pasé tres temporadas en el ciclismo aficionado. La primera en el equipo Gurelesa-Cegassa que a la temporada siguiente pasaría a ser el Kaiku, donde estuve las dos siguientes temporadas”, afirma.

La experiencia fue buena aunque lo que más recuerda del equipo es la enorme competencia que había. “Si éramos 20 ciclistas, 18 pasamos a profesionales. Coincidí con gente como Uriarte, Zarrabeitia, Manuel Martínez Costa o Bernardo González. Aún así a mí me gustaba más correr allí que en Murcia, eso sí la diferencia era que aquí las carreras eran de 80 y allí salíamos 200”, recuerda.

Aún así, no le fue muy difícil adaptarse al nuevo ritmo y la primera carrera en la que tomó la salida, en Amorebieta, pasó a formar parte de su palmarés.

En sus tres temporadas en el equipo vasco, Ignacio fue aumentando el número de victorias de su palmarés y se dejaba ver en todas las carreras en las que participaba. Por eso, aunque el paso a profesionales siempre había sido un sueño, lo cierto es que el murciano lo veía cada vez más cerca. “ No hay una carrera o un momento determinado en el que me diera cuenta de que el ciclismo profesional estaba a mi alcance, pero poco a poco veía que iba habiendo menos diferencia entre los profesionales y yo y empecé a pensar que algún día podía pasar, aunque era consciente de lo difícil que era en aquellos años. Ahora, cualquiera puede pasar al ciclismo profesional, antes había temporadas en las que sólo pasaban cinco o seis ciclistas, diez como máximo”, afirma.

El ciclismo profesional

Con el equipo Kelme, García Camacho dio sus primeras pedaladas como ciclista profesional en 1991 y en aquella primera temporada consiguió estrenar su palmarés en el profesionalismo, algo que está al alcance de muy pocos “Gané una etapa en los Valles Mineros, fui líder y al final hice octavo en la general, también hice octavo en la Vuelta a Aragón”, explica.

Pero fue en 1993 con su victoria en el campeonato de España, por delante de Miguel Induráin, cuando el murciano pasó a ser uno de los nombres destacados del pelotón.

Sin embargo, él tiene claro que de quedarse con un momento de su trayectoria deportiva, la Vuelta a Murcia de 1997 tiene un lugar privilegiado. “Gané una etapa y fui líder. Todo lo que me ha pasado en mis participaciones en la Vuelta a Murcia lo recuerdo con mucha ilusión porque siempre he contado con el apoyo de la gente y la prensa y año tras año he querido hacer algo importante en esa carrera”, afirma. Al fin y al cabo a todo el mundo le gusta ser profeta en su tierra y él lo consiguió.

Pero en ese mismo año, 1997, Ignacio también vivió la peor cara del ciclismo en forma de dos caídas; una le provocó una lesión de clavícula y la otra le dañó el codo hasta el punto de verse obligado a dejar definitivamente el ciclismo en 1998.

Siete temporadas en el ciclismo profesional fueron suficientes para que los aficionados al ciclismo sigan recordando su nombre como uno de los mejores ciclistas de la Región. Debe ser que su paso fue breve pero intenso.

Ignacio García Camacho en las filas del equipo Kelme en 1992
Ignacio García Camacho en las filas del equipo Kelme en 1992