Biografía
Francisco Tomás Pellicer empezó a practicar deporte, como la mayoría de los niños, en el patio del colegio, pero él nunca fue de los chavales que se dedican a intercambiar cromos de sus deportistas preferidos en las horas del recreo, ya que su afición al deporte no dependía del futbolista que marcase más goles o del ciclista que ganase más Tours. “Cuando era un crío jugaba a todo: fútbol, balonmano, baloncesto... Cuando hacían algún equipo de algo en la escuela yo era el primero que estaba apuntado porque me gustaba mucho hacer deporte. Nunca fui de esos que se iban a fumar detrás del colegio, a mí me gustaba más estar entretenido con otras cosas, aunque es verdad que a veces dejaba de lado los deberes de clase para irme a jugar”, recuerda.
Comenzando a ser ciclista
Por eso, poco importó que Miguel Induráin fuese el primer ciclista en la historia en conseguir cinco Tours consecutivos para que Pellicer comenzase a dar pedales. La afición le vino por alguien mucho más cercano. “Empecé a salir en bici porque mi padre montaba cuando era joven y aunque no competía sí salía los domingo con mi tío, así que le dije que me comprara una bici para irme los domingos con ellos. Por aquella época yo tendría ocho o nueve años y cuando llevaba un par de años saliendo con ellos mi padre me propuso comprarme una bici y apuntarme a una escuela de ciclismo y así lo hice” comenta.
Pellicer comenzó a competir en escuelas con chicos de su edad y en el año 1994 pasó a la categoría de infantil de primer año con el Club Ciclista Puebla de Soto, pero la victoria se le resistió. “Alberto Plaza ganó once carreras y yo hice once segundos puestos detrás de él. Al año siguiente pude “vengarme” ya que yo gané ocho carreras y el hizo ocho segundos puestos detrás de mí”, afirma. En carrera eran rivales pero fuera de ella la competición quedaba apartada. “Cuando nos bajábamos de la bici nos llevábamos bien. Al terminar nuestra carrera, cogíamos el bocadillo y nos íbamos a ver ganar a Alejandro Valverde que corría en una categoría por encima de nosotros y por aquella época lo ganaba todo”, recuerda.
En su temporada en infantiles de segundo año, Pellicer, se fue al equipo Bicisport Sanfer y después pasó a cadetes con el equipo Grúas Tomi, hasta que en 1997 llegó al Colchón Comodón, dónde pasó las tres siguientes temporadas.“Para mí fueron los mejores años porque el ciclismo era un juego y no una obligación. Cuando vas creciendo, tienes más presión, hay que entrenar mucho y llega un punto en el que tienes que decidir si vas a seguir en serio con la bicicleta o te vas a dedicar a otra cosa y hoy en día hay mucha rivalidad y tienes que dedicarle muchas horas para poder dedicarte profesionalmente a este deporte”, explica.
Dos años y medio alejado del ciclismo
Tras su paso por la categoría de juveniles, llegó el saltó a aficionados y Pellicer pasó a esta categoría de la mano del equipo Kelme. Si embargo, la presión por correr en un equipo tan importante y el cambio de una categoría a otra hicieron que Francisco Tomás no tenga muy buenos recuerdos de esta etapa. “ Borraría desde la primera carrera de aficionados hasta la última porque ha sido una etapa un poco extraña, con mucha tensión y responsabilidad”, comenta.
Estas circunstancias le hicieron plantearse su situación en el ciclismo y le llevaron a tomar la decisión de apartarse de él durante dos años y medio. “Hubo un momento en el que yo sabía que pese a tener buenas cualidades no me salían las cosas como quería. Los años iban pasando y la verdad es que no veía mucho futuro en el deporte , porque sólo viven de él los mejores. Además, siempre me ha gustado mucho la profesión de bombero y como veía que no llegaba una llamada que me propusiese pasar a profesionales, decidí dejármelo e intentar sacar la oposición de bombero”, afirma.
Sin embargo, una llamada de Paco Moya a finales de 2005 confirmándole que contaba con él para el equipo profesional le hizo plantearse de nuevo su situación y acabó volviendo al ciclismo.
En los dos años y medio que ha estado sin competir ha sido conductor de una ambulancia mientras se preparaba para la oposición de bombero. En vistas de que las próximas oposiciones no saldrán hasta dentro de dos años, Pellicer ha decidido volver a luchar por conseguir el sueño de ser alguien importante el mundo del ciclismo. Y es que, como dice el refrán el tren sólo pasa una vez en la vida y las oposiciones de bombero, aunque tardan en llegar, siempre dan segundas oportunidades.
