La primera competición deportiva oficial celebrada en Murcia fue todo un modelo de organización. El éxito se constató un año más tarde cuando el torneo se celebró en Sevilla. Según el cronista de la revista Los Deportes en esa competición la participación fue escasa porque la junta organizadora no corrió con los gastos de los participantes, los premios fueron poco cuantiosos, el tiempo de los asaltos fue excesivo y no reinó un buen ambiente.
Manuel Solé resaltó en la revista Los Deportes "el brillante éxito del Torneo de Murcia en donde quedó a la altura que se merece el noble y caballeroso deporte de las armas". A este respecto Isidoro de la Cierva en su obra El Torneo de Murcia exponía cuáles eran las claves para que una competición de este tipo fuera organizada con éxito.
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Los torneos han de ser organizados por sociedades de esgrima, sin perjuicio de que éstas se inspiren en los atinados consejos de los profesores más acreditados.
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Debe admitirse en los torneos nacionales a todos los maestros dedicados a la enseñanza de la esgrima en España, aún cuando sean de nacionalidad extranjera.
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El Estado y las Corporaciones Oficiales deben de proteger estos certámenes.
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En todo torneo deben pagarse a los maestros los gastos de viaje y de estancia en la población donde se verifique (los profesores de esgrima gozan de poco sueldo y el número es limitado, así que los gastos nunca serían exagerados).
Nuevas instalaciones
El éxito del torneo aumentó el interés por la esgrima en Murcia y en Cartagena. En abril de 1902 fue inaugurada la nueva sala de armas del Casino, que en su momento estuvo considerada como una de las mejores de España. Tenía unas dimensiones de 17 metros de longitud, ocho de ancho y cinco y medio de altura, y estaba decorada con pinturas y adornos al fresco. En uno de los combates del programa de inauguración participó el niño Juan de la Cierva Codorniú.
El 16 de agosto de 1903 se inauguró la sala de armas del Centro del Ejército y la Armada de Cartagena. La etapa más gloriosa de la historia de la esgrima murciana se prolongó durante varios años más hasta la irrupción de otros deportes que alcanzaron una mayor popularidad al ser practicados por personas de todos los estratos sociales.
