Los actos de las Fiestas de Abril de 1899 fueron muy elogiados por la prensa. Con el objeto de hacer las fiestas aún más atractivas, Isidoro de la Cierva ideó la posibilidad de organizar un torneo nacional de esgrima. En un principio expuso su idea a José Servet y a Primero Medrano, quienes apoyaron la propuesta.

    El 19 de noviembre de 1899 la sección de Gimnasia y Esgrima del Casino de Murcia convocó una reunión en la que sus miembros decidieron llevar a cabo el torneo y aprobaron el reglamento del mismo. Los acuerdos más importantes de esta primera toma de contacto fueron los siguientes:

  • El torneo tendría cuatro categorías diferentes dependiendo del arma y del rango del participante (sable para maestros, florete para maestros, sable para aficionados y florete para aficionados).

  • Los dos maestros ganadores obtendrían una cantidad en metálico, mientras que los dos aficionados ganadores recibirían sendos objetos de arte.

  • La organización del torneo correría a cargo de una junta especializada formada por las personalidades más sobresalientes de la sección de Gimnasia y Esgrima del Casino. La junta estaría presidida por Luís Pascual de Riquelme y Palavicino, Marqués de Peñacerrada.

Alfonso XIII concede la oficialidad

    El 24 de noviembre la junta organizadora envió una carta al Marqués de Pidal, Ministro de Fomento, en la que pedía que el Gobierno de Su Majestad ayudara al desarrollo del torneo. Las peticiones más importantes fueron las siguientes:

  • Que el torneo fuera protegido por el Estado y se considerara oficial.

  • Que las calificaciones que se obtuvieran en el torneo sirvieran de mérito a los tiradores en los concursos y oposiciones para proveer las plazas de maestros de esgrima en los centros de enseñanza que paga el Estado.

  • Que el Gobierno de Su Majestad designara a un Comisario Regio que presidiera el jurado del torneo, llevando dicho comisario la representación del Gobierno y considerándose sus funciones de carácter político.

  • Y que, a serle posible, concediera alguna suma de dinero con destino exclusivo a los premios en metálico que se otorgan a los vencedores en el torneo de maestros.

    El Ministro de Fomento contestó con una extensa misiva. La noticia más importante era que Alfonso XIII y, en su nombre, la Reina Regente, habían decidido que el torneo tuviera carácter oficial y que, con el fin de otorgarle la mayor importancia posible, habían designado Comisario Regio y Presidente Oficial de la competición a Julio de Urbina Ceballos-Escalona, Marqués de Cabriñana, quien aceptó gustosamente (cinco años más tarde el Marqués de Cabriñana sería el presidente fundador del Comité Olímpico Español).