Uno de los mayores problemas para el desarrollo del fútbol en la Región de Murcia fue el de la inexistencia de una entidad que se encargara de organizar y regular las competiciones. Este inconveniente no se subsanó definitivamente hasta la creación de la Federación Murciana de Fútbol en 1924.

Años atrás, a principios de la década de 1910, se jugaba al fútbol con cierta regularidad en ciudades como Murcia, Cartagena, Águilas, Lorca y La Unión, pero los encuentros que disputaban los equipos de estas poblaciones eran simples amistosos ante la ausencia de un organismo que pudiera dar carácter oficial a un campeonato local o regional.

La fundación de nuevos clubes desembocó en una sana rivalidad deportiva que trajo consigo la necesidad de crear una competición en la que se proclamara un campeón. La entidad que se encargó de dar el primer paso para instaurar un torneo de estas características fue el Murcia Foot Ball Club que en septiembre de 1911 anunciaba la organización del "Campeonato del Sudeste de España" al que estaban invitados equipos de las provincias de Valencia, Alicante, Almería y Murcia.

Carta a la Infanta Isabel

La ambición de los organizadores en su afán por prestigiar el torneo les llevó a hacer diversas gestiones con importantes personalidades de la época para que contribuyeran a sufragar los gastos. El campeonato se quiso realzar hasta tal punto que Enrique de la Plaza, presidente del Murcia Foot Ball Club, escribió una carta a la Infanta Isabel, tía del Rey Alfonso XIII, en la que solicitaba la donación de un trofeo.

Sin embargo, las buenas intenciones de los organizadores no fueron suficientes como para garantizar el éxito del campeonato, pues únicamente se inscribieron dos equipos: el Murcia Foot Ball Club y el Deportivo Aguileño. Por este motivo, el torneo, que en un principio tenía carácter interregional, terminó siendo una competición regional ante la renuncia de los clubes de otras provincias.

El 5 de noviembre de 1911 estaba prevista la celebración del primer torneo de fútbol de la historia de la Región de Murcia. El partido estuvo salpicado por la polémica pues se tuvo que jugar en dos días diferentes y finalmente no terminó de disputarse. Aquel encuentro fue tan accidentado que se requirió la intervención del gobernador civil de la provincia, e incluso los representantes del Deportivo Aguileño levantaron un acta notarial para reflejar las incidencias sucedidas. Ambos equipos se autoproclamaron vencedores, por lo que es imposible dictaminar quien fue el primer campeón ''oficioso'' de la Región de Murcia.

Juan Antonio Garre