Dos son los factores que influyen en la originalidad y calidad del arroz: el medio natural en que se cultiva (la tierra) y los métodos tradicionales.

     La altitud media del Coto Arrocero es de unos 450 metros sobre el nivel del mar y las aguas que lo fecundan son las del río Mundo y el Segura, agua de gran calidad. No existe un entorno semejante, ya que la temperatura, de un lado, unida a la pureza de las aguas por otro, le dan unas características únicas.

     El método que nuestros agricultores vienen utilizando desde tiempo inmemorial está compuesto por cuatro fases:

          1. Preparación de la tierra
          2. Siembra
          3. Escardas
          4. Recolecta

     El arroz de Calasparra no se cultiva en aguas estancadas, sino que la sabiduría ancestral extrae las aguas del río para ir inundando las "cajas" (parcelas cultivadas con arroz separadas físicamente por un pequeño linde), que se hallan a distintos niveles y comunicadas. Al estar así, se da una corriente renovadora manteniendo el nivel preciso en cada momento, devolviendo al río Segura el agua sobrante, no desperdiciando ni una gota.

     Una vez crecido no se trasplanta, sino que las semillas, una vez remojadas y para evitar que floten, se van esparciendo a voleo (esparciendo las semillas directamente sobre la superficie) sobre las cajas inundadas (como piscinas) que previamente han sido acondicionadas y nutridas para recibir el nuevo cultivo.

     El arroz es un cultivo ROTATIVO que procura no agotar la tierra en la que nace, de manera que se alterna su presencia con otros cultivos que la regeneren y nutran. El objetivo de esto no es otro que: dejar descansar a la tierra para que esté en perfectas condiciones para recibir a tan especial cereal.

     El calendario de rotación es así:

  • De mayo a octubre: ARROZ

  • De noviembre a junio: TRIGO

  • De julio a abril: LEGUMINOSAS

     Este ciclo se cierra a los dos años, de manera que las tierras descansan del cultivo del arroz durante un año, tiempo suficiente para "reponerse" y recibir al cereal con todos sus niveles correctos.

     Los arrozales han generado un medio ecológico de extraordinaria importancia, debido de manera especial al tratamiento que se le da evitando el uso de abonos químicos, herbicidas, pesticidas, etc. Con esto se logra un excelente equilibrio medioambiental y un exquisito respeto a la flora y fauna que con él conviven.

     Lo que nuestros antepasados hacían,  se ha recuperado en el cultivo del arroz calasparreño evitando el empleo de productos químicos para eliminar las "malas hierbas". Se prefiere la elevación del nivel del agua en las cajas, cuando se trata de plantas no acuáticas, o la desecación de las cajas, cuando sí lo son. Pero en todo caso se procede al arranque manual de las mismas, como se hacía antaño.

     En el caso del arroz de cultivo ecológico, la tierra se ha preparado moliendo en la parcela las habas o la berza sembradas previamente para su abonado  en verde o envolviendo en estiércol. Posteriormente, y tras inundar las parcelas de agua, se procede al fangueo, para dejar el suelo preparado para recibir la semilla. 

     La siembra se inicia, tras la preparación de la tierra a finales de abril, en los primeros días de mayo y suele hacerse, como es tradicional, a VOLEO.

     Una vez que el arroz ha nacido, utilizando planta de la almajara (terreno abonado con estiércol reciente para que germinen prontamente las semillas), se procede a la repostera, que se hace a mano y se inicia durante el mes de junio, extendiéndose hasta mediados del mes de julio. También durante este periodo se realiza la escarda a mano de malas hierbas.

     A mediados de agosto los campos de arroz ofrecen un aspecto alfombrado verde intenso, tornándose dorados en septiembre, procediéndose hacia finales de este mes o principios de octubre, a la recolección y el transporte del grano a los molinos inscritos en la Denominación de Origen para su elaboración, envasado y puesta en el mercado.