Salto de la Novia [Ulea]
Salto de la Novia

El reflejo de una época

Son pocos los restos con los que cuentan los arqueólogos para poder fechar el yacimiento. La técnica constructiva de los muros hallados en superficie, así como la cerámica encontrada, proporcionan una cronología tardía (SS. IV-V d.C). Es probable que el poblamiento fuera anterior, pero si lo hubo no debió ser en esta ladera.

Durante el cambio de era se inicia un largo periodo de paz y prosperidad. Es un tiempo de dinámicas relaciones comerciales que atraviesan todo el Mediterráneo en todas direcciones; los productos de este comercio llegan a los puertos desde los cuales se distribuyen hacia el interior, en el que la paz permite el desarrollo de grandes y pequeñas explotaciones agropecuarias en llano, sin necesidad de defensas artificiales y naturales. Si durante los dos primeros siglos de nuestra era hubo poblamiento romano en esta zona debió desarrollarse seguramente bajo el casco urbano de Ulea o en algún paraje similar.

Sin embargo, a partir del siglo III, la profunda crisis política que experimenta el Imperio, acrecentada por continuas invasiones de pueblos bárbaros, lleva a la población a buscar la protección de lugares elevados. El yacimiento del Salto de la Novia nace en este contexto político. Construyeron el poblado en una zona abrupta, de fácil defensa y protección, pero sin perder de vista su sustento y su modo de vida. De este modo, la proximidad con el Río, el control de la Vega y de la vía de comunicación natural que fue el Segura, fueron factores primordiales, junto con la defensa, cuando decidieron levantar el emplazamiento.