Antonio Garrigós y Giner (1886-1966)

    Murcia ha dado al mundo de las Bellas Artes diversidad de artistas, pintores y escultores, casi en igual número. Pero entre pintura y escultura, esta última ha gozado quizá de más popularidad, ya que la imaginería religiosa ha sido muy requerida por hermandades, cofradías y particulares para ser exhibida ante un gran público en eventos religiosos.

    A comienzos del siglo XX, Murcia vivió un periodo especialmente fecundo en el desarrollo de sus artistas. El mundo cultural murciano vio nacer a diversos artistas muy interesados en las nuevas corrientes artísticas, pero también atentos a no desvirtuar las tradiciones locales y permanecer en ellas en la medida de lo posible.

    Antonio Garrigós Giner fue uno de los escultores murcianos interesados en cultivar un arte que no olvidara las tradiciones locales, plasmando en figuras y terracotas una mezcla de innovación y costumbrismo que gustó tanto dentro del país como fuera.