Entrada a Ricote
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  El final de la encomienda y el auge de la población

  En torno a 1846, según el Diccionario Geográfico-Histórico de Madoz, existían en Ricote 300 casas. Once años más tarde tenía la villa 1.594 habitantes. Fue esta segunda mitad del XIX un período fértil para la población ricoteña. En 1860 había aumentado hasta situarse en 1.717 personas. Para estas fechas se contaba con 583 viviendas. Según Madoz, a mediados del siglo XIX aun vivía en Ricote el administrador de la Orden de Santiago. En este mismo siglo las desamortizaciones de los bienes de la iglesia acabaron con el poder de la Encomienda en Ricote.

  La población, ya en el siglo XIX tenía un riego importante de fuentes subterráneas para su agricultura. Ésta estaba basada en el olivo, vid, trigo, legumbres y algunas frutas. En cuanto a la industria, casi todos los vecinos se dedicaban al trabajo con esparto. A finales de siglo la población de Ricote no paraba de crecer. Se llegó casi a los 3.000 habitantes.

  Siglo XX: la recesión da paso a una nueva etapa de ilusión

  Tras el periodo de auge inicial del siglo XX, la Guerra Civil hizo en Ricote que la población comenzara a descender. Sobre la década de los 80' comenzó la migración de jóvenes, e hizo que Ricote perdiera la mitad de la población con la que contaba a comienzos de siglo.

  En la actualidad la economía del municipio está sustentada por la agricultura. El sector agrícola agrupa a casi el 55% de la población ocupada, constituyendo la principal fuente de ingresos. Le siguen el sector servicios y la construcción. Los cultivos más importantes de Ricote hasta hoy en día son: frutales de secano, especialmente el almendro; viñedo de uva para vino; el olivar y los cítricos, especialmente los limoneros.

  A finales del siglo XX y principios del XXI Ricote entró, junto a los demás municipios del Valle, en el Plan de Dinamización Turística del Valle de Ricote. Se creó la Mancomunidad de Municipios del Valle de Ricote y, desde diciembre de 2000, su objetivo principal es hacer del Valle un destino turístico de calidad, mediante la inversión en la puesta en valor de los recursos turísticos del Valle, y la creación de otros nuevos.