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MUNICIPIOS

El Chícamo

Historia y Patrimonio


Panorámica El Chícamo


  El Chícamo, siendo un paraje natural, muy popular tanto dentro como fuera de Abanilla, es complicado recrear a través de referencias exactas de su Historia, ya que las existentes hacen mención de manera continuada al paraje, a su intrincada geografía, y a algunas de las construcciones que se establecieron en las cercanías. Sabemos que siempre fue muy apreciado tanto por los lugareños como por los vecinos de otros municipios. El río formó parte del desarrollo de la zona, ya que en 1840 se construyó un molino harinero aprovechando su corriente.Escudo de Abanilla

El Chícamo  En la vertiente sur de la Sierra de Quibas es donde, en el año 1994, se produjo el hallazgo de lo que constituiría uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de Murcia. El yacimiento consta de un gran número de fósiles de la época Cuaternaria, con una gran variedad entre vertebrados, invertebrados, reptiles, aves y mamíferos de todo tipo, algunos tan extraños en estas geografías hoy día como los macacos, los linces o los ibis, lo que da idea de cómo era el paisaje en esta parte de Murcia hace millones de años.

  Junto a estos datos tenemos referencias a la Historia Antigua. La Vía Pretoria pasaría por Abanilla, uniendo Yecla, Elche y Cartagena. El poblamiento romano debió dejar su impronta en la geografía, aunque sólo existen datos de hallazgos materiales en el campo de Sahués.

  Importantes fueron los cambios que se produjeron durante la Edad Media en Abanilla, siendo uno de los más destacados el comienzo de una íntima relación con el vecino municipio de Orihuela, con el que llegó a unirse hasta que tras la reconquista cristiana del siglo XIII comenzó una nueva andadura, primero como señorío de Guillén de Rocafull en 1281 y luego pasando a manos de la Orden de Calatrava, ya en el siglo XV.

  En la Edad Moderna Abanilla sufrió varias crisis, que mermaron su capacidad de crecimiento, por un lado las decisiones arbitrarias y feudales de la orden militar y por otro ciertos episodios históricos, como la expulsión de los moriscos en 1613, hecho este último que supuso una gran merma en su desarrollo, ya que la agricultura se vió perjudicada.

  Durante la Edad Contemporánea se tiene constancia de cómo El Chícamo fue poblado, pero esta población no muy extensa se albergaba en muchas de las casas cueva, que se pueden encontrar al borde de la carretera, la única zona habitable. Estas casas eran frecuentes en buena parte de la geografía murciana, ya que muchas familias dedicadas a la agricultura y de baja extracción social no tenían en ocasiones más recurso que fabricar ellos mismos estas sencillas viviendas. El trabajo de estos vecinos casi siempre se localizaba fuera del municipio, siendo frecuente que acudieran a Archena o Fortuna para participar en las recolecciones.

Naturaleza

Fuentes naturalesEl paisaje que rodea este caserío es de una belleza singular. En medio de una tierra agreste y reseca nace uno de los accidentes geográficos más espectaculares de la región.

Aquí se encuentran los primeros tramos del río Chícamo que son los más llamativos de todo el curso del río por su belleza. El acuífero de la sierra de Quibas aporta las aguas al Chícamo que en otros tiempos debieron ser muy abundantes. Hoy en día el caudal del río es escaso. El trayecto comienza sobre sedimentos dendríticos del cuaternario y las surgencias de agua han favorecido el crecimiento de una frondosa vegetación.

Como dato distintivo, hay que hacer mención de una palmera encontrada en el cauce de Río Chícamo y ramblas cercanas conocida como palmera de rambla o phoenix iberica que se parece mucho a la conocida palmera datilera pero con frutos más pequeños y de peor calidad. Estas palmeras son apreciadas por los palmereros para el macheo porque los individuos masculinos tienen inflorescencias con gran cantidad de polen. Otras especies vegetales son los olmos y carrizales.

En cuanto a la fauna, el Río Chícamo es el único punto de interior de la región en el que podemos encontrar el fartet o Aphanius iberus un pequeño pez que habita normalmente en zonas salobres de mediterráneo, y en este caso lo hace en agua dulce. Este animal se halla en peligro de extinción.

Gastronomía

PotajeEn los platos de la gastronomía de El Chícamo aparecen ingredientes típicos de la cocina abanillera. En sus mesas no faltan dátiles, higos, aceite, harina, miel, etc. Con todos ellos se conforma una comida rica, natural y con el suficiente aporte calórico para hacer frente a las largas jornadas de trabajo en el campo.

Entre los platos más representativos están, como no podía ser menos, las célebres gachasmigas y las tortilleras, donde la harina y el agua, junto con el aceite y la sal, todo ello bien trabajado, se combinan magníficamente bien con los embutidos, las ñoras, los ajos, los pimientos y algún otro ingrediente a gusto del comensal. Son también populares las carnes asadas o guisadas ya sean de cordero, cerdo, conejo o aves. Por supuesto, no faltan tampoco los potajes de verduras y legumbres, las sopas o los hervidos.

Las frutas más conocidas en estos contornos son los albaricoques, los dátiles, las peretas o los higos. Con dos de ellas, higos y dátiles, unidas a la almendra se confecciona uno de los dulces más afamados de estas tierras: el pan de higo y dátil. Otros representantes de la repostería del lugar son los rollos de anís o las almojábanas.

Fiestas

Fiestas de la Santa CruzLógicamente los cuatro habitantes empadronados en El Chícamo en 2007 no celebran fiestas locales algunas, pero se unen a sus vecinos de Abanilla, así como los turistas que pueden estar en las cercanías del río Chícamo durante sus estancias vacacionales. La última semana del mes de abril y la primera del mes de mayo Abanilla celebra las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz, que incluyen el Desfile de Moros y Cristianos y la muy concurrida romería a la Ermita de Mahoya.