Murcia

Algunos autores han vinculado los orígenes del Portazgo Inferior a una construcción bizantina que se podría datar en torno al siglo VI d. de C., y que formaba parte de la red defensiva que el Imperio Romano de Oriente estableció en sus posesiones del sureste peninsular para defenderlas de los visigodos.

Sin embargo, los estudios más recientes se decantan por la raíz islámica, especialmente por su ligazón constructiva con el Portazgo Superior y el castillo de la Asomada. Estaríamos, por tanto, ante una construcción datada en torno al siglo XII, cuando el emir de Murcia Ibn Mardanís resistía, con ayuda castellana, la invasión almohade que finalmente acabaría con su poder en el sector suroriental español, por lo que estas edificaciones situadas en el Puerto de la Cadena quedarían inacabadas, ya que precisamente se buscaba el control de las comunicaciones entre la costa y el puerto de Cartagena con el interior del reino y la ciudad de Murcia.

El problema surge a la hora de la definición de su funcionalidad, pues el arqueólogo Manzano Martínez la identifica con una gran alberca o estanque, tal y como hizo González Simancas a comienzos del siglo XX. Sin embargo, Pozo Martínez se decantó más por un tipo de construcción residencial.