Murcia

San Agustín (ca. 1755-1760), de Francisco Salzillo. Madera policromada. Esta imagen preside el retablo mayor de la iglesia. Se trata de una de las mejores realizaciones de Francisco Salzillo en cuanto a dinamismo y composición, junto al San Antonio Abad de la ermita de San Antón cercana al convento. De tamaño mayor al natural, se representa con indumentaria episcopal. Eleva su mano derecha en la que sostiene una pluma, y pisa a los herejes, colocados diagonalmente en la peana. Destacar la variedad de expresiones en los rostros y los agitados gestos.

Santa Cecilia (1783), de Roque López (1747-1811). Talla de madera policromada y estofada. Situada en la primera capilla entrando a la izquierda. La cabeza de la santa tiene todas las características de los rostros de Roque López: grandes ojos, nariz fina de cortas aletas, boca pequeña así como brazos voluminosos. Santa Cecilia se presenta como una gran dama de la corte, con traje de fiesta. Fue la primera obra que Roque López anota en la catalogación de su obra.

San Miguel, del escultor Antonio Duparc (1698-1755).

La cúpula sobre el crucero está pintada al fresco por Juan Ruiz Melgarejo (1680-1751). Una serie de criaturas angélicas adoran al Cordero Místico que reposa sobre las Sagradas Escrituras, símbolo de la Eucaristía, advocación de la orden.

Cristo de la Agonía (siglo XVI). Anónimo. Madera policromada. Es conocido con este nombre por ser colocado sobre una altar cerca de la cama de las religiosas agonizantes.

Niño Peregrino o Portero (Siglo XVIII) Anónimo. Madera policromada. Genial adaptación de una imagen de talla entera a una de vestir, a pesar de sus reducidas dimensiones. Su nombre procede del atuendo de peregrino (sombrero de caminante y bordón).