Vista Interior [Monasterio Agustinas]
Vista Interior

El complejo arquitectónico conventual de las monjas agustinas es el de más envergadura conservado actualmente, si exceptuamos el Monasterio de los Jerónimos de Guadalupe, Murcia. Articulado en tres patios, Se trata de un edificio exento con cuatro fachadas que representan la composición y materiales tradicionales de Murcia en los siglos XVII y XVIII: cajonadas de mampostería o tapial entre machones de ladrillo visto con verdugadas corridas del mismo material. También recercado de huecos con cinteado de yeso que contornea igualmente los sardineles de los dinteles y alero de madera sobre canes.

Las ventanas estaban cerradas por rejas de hierro forjado con barrotes entrelazados de sección cuadrada y sencillo trazado. Los cajones de mampostería parece que fueron construidos inicialmente para quedar sin revestir, pero posteriormente y en diversas intervenciones se cubrieron con mortero de cal y arena oscura, formando entrepaños lisos entre la fábrica general de ladrillo, así como también ha ido variando el número y forma de los huecos.

Según Julio Navarro en la obra se aprecian tres fases distintas de construcción, la primera ocupa el extremo sur y debió realizarse hacia 1634, tal y como indica el escudo eucarístico que hay en esta fachada.

Es una obra que refleja fielmente la austeridad y pobreza de esta orden reformada a finales del siglo XVI por S. Juan de Rivera. La segunda fase es también obra del siglo XVII, según atestigua el escudo del obispo D. Francisco de Rojas que se conserva en el tramo central de la fachada.

La última fase fue concluida en 1729 al inaugurarse la iglesia actual el 13 de octubre por el obispo D. Tomás José de Montes. La obra incluyó además del templo, el claustro y las dependencias anexas y presenta el mismo tipo de ladrillo y mampostería que en las dos fases anteriores, pero aquí ya no encontramos la extrema austeridad fundacional, apreciándose ya rasgos barrocos propios de la época.