La parroquia de San Lorenzo se remonta a los tiempos de la Reconquista de la ciudad de Murcia.

Como señalan Roselló y Cano en su libro Evolución urbana de Murcia, desde el inicio de la dominación cristiana en la ciudad, el culto cristiano dispuso de la mezquita mayor, que estaba fuera de la ciudadela, y de otras seis ex - mezquitas en el casco, entre ellas la de San Lorenzo.

 No ha quedado, sin embargo, ningún vestigio acerca de cómo era la primitiva iglesia, resultado de la transformación de la mezquita en templo cristiano.

Esta construcción, según recoge Mª Asunción Gestoso en su Memoria de Licenciatura sobre el Templo de San Lorenzo, llega hasta el siglo XVIII, siendo abandonada medio en ruinas, trasladado el culto y, posteriormente en 1780, el mobiliario de la iglesia a la ermita de Santa Quiteria, también entonces en mal estado de conservación. Este último edificio perdura hasta 1820, y recuerdo de él es la actual calle del mismo nombre donde se ubicaba.

Tras la demolición de la vieja iglesia en 1784, se comienza la construcción del nuevo templo. El día 23 de junio de 1788, fiesta del titular de la parroquia, se coloca la primera piedra, siendo rey Carlos III. Según una lápida existente en el presbiterio, que conmemora este hecho, presidió la ceremonia el Obispo de la Diócesis D. Manuel Felipe Miralles. Díaz Cassou en su libro Serie de los Obispos de Cartagena, puntualiza al relatar este hecho que, hallándose enfermo este Prelado "hizo poner la primera piedra de San Lorenzo por su provisor", al tiempo que dio una copiosa limosna para las obras.

La construcción del templo sufrió varias interrupciones, siendo finalmente consagrado el día 10 de agosto de 1810, en plena Guerra de la Independencia, por el nuevo Prelado de la Diócesis D. José Ximénez, quien así mismo contribuyó con sus limosnas al costo de las obras.

La edificación, sin embargo, no se encontraba totalmente ultimada, puesto que muy posteriormente, en 1850, Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, se lamenta que "no se haya construido la fachada principal que dará mucho realce a este edificio, que es de bellas proporciones".