Murcia

Las obras de las portadas salen a concurso por iniciativa del obispo de Cartagena, Ilmo. Sr. Don Francisco Martínez, en el año 1611 bajo las siguientes condiciones:"Han de ser dos delanteras, la una en la puerta principal y la otra en la puerta falsa que sale a la otra calle y la del principal se ha de hacer por la traza que su señoría (el señor Obispo) entregare al escribano firmada de su nombre, con una ventana encima de la puerta y dos nichos a los lados para las dos imágenes de San Pedro". 

Puede apreciarse que los dos nichos destinados a las imágenes de San Pedro y San Pablo, fueron convertidos en dos balconcillos y las imágenes colocadas en los extremos del cornisamento superior. El pliego de condiciones es largo y en él se establece el grueso de las piedras y cómo habrán de asentar en el muro a cubrir.

En opinión del investigador José Crisanto López Jiménez es una"fachada muy semejante a la de la Virgen de la Calle, iglesia de la Compañía en Palencia, relacionada con la escuela vallisoletana, de estilo de Juan de Nates, cuyo imafronte es corintio..."  y según Constantino Candeira,"este edificio palentino debe ser traza de Francisco de Praves, arquitecto llevado de Córdoba por el deán de Palencia Don Francisco de Ramos, fundador de este palentino templo jesuítico".

Sigue diciendo López Jiménez que"la portada lateral de la Iglesia de San Pedro de Murcia es dórica, rematada por hornacina con un santo obispo. Muy sencilla. Del maestro constructor de este templo de San Pedro de Murcia, Diego de Ergueta, no se tenía noticias. He hallado documentos de su estancia en Murcia en el año 1595, casado con Lucía de Otazo. También he sabido que en 1612 trabajó en esta fachada Melchor de Vallés del que tengo pruebas de su intervención de las obras del Almudí y Pósito del Pan y en otras obras de Murcia".

Lo que sí quedó recogido en el Archivo de Protocolos de Murcia fue que"en Murcia, ante el escribano Francisco López Cuéllar, en veintiocho días del mes de abril de 1611, pareció el cantero Diego de Ergueta, su esposa Lucía de Otazo como sus fiadores y principales pagadores, para hacer y otorgar la escritura en la que Diego de Ergueta se comprometió ha hacer las dos fachadas de la Iglesia Parroquial de San Pedro de Murcia, conservadas en su carácter renacimiento".

La obra sale a concurso y, seguramente, sería pregonada en la plaza de Santa Catalina, ordenando el obispo de Cartagena"hacer posturas para las dichas obras habían parecido los maestros de cantería Diego de Villabona, Bartolomé Sánchez, Sebastián Pérez, Agustín Bernardino y Diego de Ergueta". La puja se establece de la siguiente manera: Diego de Villabona ponía la obra con cimientos y todo, en mil cuatrocientos ducados y quince reales; Bartolomé Sánchez la hace por mil trescientos ducados; sale Villabona a responder con mil y doscientos cincuenta; tercia entonces Sebastián Pérez que rebaja la cifra a mil doscientos.