Magin-Peña, segundo presidente de la historia del Murcia Foot Ball Club [Murcia Foot Ball Club]
Magin-Peña, segundo presidente de la historia del Murcia Foot Ball Club

La abultada derrota ante el Recreación no minó el ánimo de los jugadores del Murcia quienes siguieron disputando partidos entre ellos cada domingo. La única consecuencia de aquel encuentro fue la dimisión del Presidente, Antonio Manzanera, aunque ésta no se debió al resultado, sino a discrepancias con el resto de directivos a la hora de confeccionar la alineación.

El sucesor de Manzanera fue Magín Peña Torres, el único directivo que no era jugador del equipo. Peña se vestía de futbolista en todos los entrenamientos y correteaba con el balón, aunque nunca llegó a jugar un partido. Fue el primer mecenas que tuvo el Murcia, ya que aportaba dinero de su bolsillo cuando el club tenía algún gasto urgente. Se da la circunstancia de que su padre, Magín Peña Mánquez, debió de ser uno de los primeros murcianos en conocer la existencia del fútbol, pues durante la década de 1880 estuvo residiendo en Birmingham.

Devolución de visita

El 24 de abril el Murcia devolvió la visita al Alicante Recreation Club. El equipo alicantino jugaba como local en un campo propio y con medidas reglamentarias situado en las cercanías de la actual Estación de Madrid, junto a la calle Maisonnave. Los murcianos mejoraron con respecto al partido anterior y, aunque perdieron, parece ser que el resultado ''sólo'' fue de 5-1. Ernesto Casanovas, defensa del Murcia, tuvo una actuación tan destacada que al final del encuentro fue sacado a hombros por los aficionados rivales. Su calidad y contundencia le llevaron a convertirse en el primer gran futbolista de la historia del Murcia y en uno de los mejores jugadores de la región en la década de 1910.

En apenas unos meses el fútbol despertó un interés sin precedentes en Murcia. Antes del verano un grupo de jóvenes formaron un nuevo club: el Breten, nombre de un carrete de hilo de coser que gustó a sus integrantes porque sonaba ''muy inglés'' en una época en la que los anglicismos estaban muy presentes en este deporte. Posteriormente, una discusión entre miembros del Murcia Foot Ball Club sobre la conveniencia de jugar en Espinardo motivó un cisma en la entidad que acabó con la marcha de varios de sus integrantes, entre ellos los hermanos De la Plaza, y la fundación de un tercer equipo: el Sporting Club.

Nacen los partidos de rivalidad

La fundación de dos nuevos equipos marcó el nacimiento de los partidos de rivalidad en Murcia. El primer derby de la historia se disputó el 17 de julio de 1910 y enfrentó al Murcia y al Breten. El encuentro no llegó a finalizar porque los jugadores del Breten se retiraron en el descanso.

El 21 de agosto el Murcia disputó por primera vez en su historia un partido benéfico. El rival fue el Torrevieja. El encuentro contó con una nutrida presencia de murcianos que se encontraban de vacaciones en la ciudad alicantina (la prensa de la época reflejó la asistencia de unos 3.000 espectadores que dejaron una importante recaudación que sería destinada a un hospital). El equipo murcianista no tuvo muchos problemas para alzarse con la victoria ante un oponente que nunca había entrenado con el equipo completo.

Primer partido internacional

El 11 de septiembre estaba anunciado el primer partido internacional de la historia del Murcia. El oponente era un equipo inglés, muy probablemente formado por miembros de la tripulación de un barco que se hallaba provisionalmente en Cartagena. No ha quedado constancia de que el partido se llegara a celebrar (en esta época era habitual la suspensión de un encuentro por incomparecencia de algún equipo). Por otra parte, la prensa trataba la información deportiva como notas de agenda y en muchas ocasiones anunciaba el día y la hora del partido, sin que, posteriormente, existiera interés por dar a conocer el resultado final.

El 2 de octubre el Murcia rindió visita al Sporting de La Unión, un equipo fundado en 1908, que hizo valer su mayor tradición futbolística y derrotó a los murcianos. Los unionenses se reforzaron con varios jugadores ingleses que residían en Cartagena.

El año 1910 supuso un punto de inflexión en la historia del deporte de la ciudad de Murcia. El fútbol pasó de ser un juego casi desconocido y practicado de forma desorganizada por un grupo reducido de personas, a convertirse en un espectáculo que concitaba un gran interés entre los jóvenes. En menos de doce meses la ciudad contaba con tres equipos. De todos ellos sobresalía el Murcia Foot Ball Club, el que por ambición y constancia, estaba llamado a representar a los murcianos.