Coro[Iglesia Santo Domingo de Mula]
Coro

Orígenes

Es probable que la iglesia de Santo Domingo fuera una antigua mezquita puesta bajo la advocación del Santo por Alfonso X "El Sabio", cuyo enclave se situaba junto a la muralla que cerraba Mula por el sur y, por tanto, su acceso debería efectuarse en esa primera época por el lugar donde se halla actualmente la capilla da Nuestra Señora del Rosario (por el oeste).

Inicio de las obras

Las labores de remodelación del templo, que lo recondujeron a su forma actual, debieron comenzar en el año 1557, según se desprende de la inscripción que existe en el arquitrabe de la puerta de entrada. En esta nueva disposición de la iglesia cabría destacar esta puerta de entrada que, enmarcada por columnas jónicas, quedó con la tradicional forma de lo que conocemos como 'arco de triunfo' con tres hornacinas con los santos: Santo Domingo, San Pedro y San Francisco.

Siglo XVIII

En el siglo XVIII con la "renovación arquitectónica¿ se tiende a una modificación de las plantas de las iglesias y Santo Domingo no se sustrae a esa influencia. Sin embargo, su ubicación genera una serie de obstáculos para la implantación de la cruz latina. En efecto, por el norte se encuentran las viviendas del cerro del castillo que impiden la construcción del brazo derecho, y por el sur, la muralla natural constituida por el gran cortado que separa la villa medieval de la huerta y que impedía la construcción del brazo izquierdo.

La solución a estos y otros problemas se efectuó a través de un pequeño espacio a los pies, con planta de cruz griega y un retablo principal y dos laterales, que se une al resto del templo mediante un arco rebajado que soporta el coro; el cual se abre a la nueva capilla y a la nave principal simultáneamente. Esta solución permitió construir, sobre el crucero una cúpula sobre pechinas, y zanjar, de esta manera, la ubicación de la Capilla del Rosario.

Solucionado el problema principal, el resto de la iglesia sufrió también las innovaciones de los reformadores arquitectónicos del dieciocho.

Estas obras que comenzaron en 1742 y que duraron alrededor de tres décadas, generaron un nuevo problema. Concluida la reforma del templo y la nueva cabecera, el retablo debió de quedar empequeñecido y anticuado por lo que hubo de encargar un nuevo retablo que fue realizado por José Navarro David hacia 1780 y dorado por Ángel Herrera y Teruel en el año 1800.

Siglo XX

Los saqueos de 1936 pusieron fin a la imagen dieciochesca del inmueble, destruido y su retablo quemado. Después de estos años la restauración comenzó el 17 de mayo de 1939 y finalizó en 1943, dejándonos la imagen actual de este bello templo mulero.

Actualmente la iglesia guarda un interesante ajuar de pinturas, esculturas, ornamentos litúrgicos y orfebrería.

Personajes a destacar

Varios son los personajes que contribuyeron al engrandecimiento del templo a lo largo de la historia, mereciendo especial mención los Marqueses de los Vélez, que costearon las obras de ampliación de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, concluidas hacia 1760. Un antecesor de esta familia, el primer Marqués de los Vélez, construyó el magnífico castillo de Mula ya entrado el siglo XVI.

Pintores que participaron en sus Obras

En cuanto a los pintores que realizaron trabajos para la iglesia que nos ocupa, es sin duda Mateo Gilarte (Murcia h. 1629-1675) la figura más destacada. Pintor del siglo XVII de formación valenciana, conocedor también de la pintura madrileña, realiza los cuadros de la "Epifanía" y la "Huida a Egipto", actualmente en el presbiterio de la iglesia de Santo Domingo de Mula. También hizo para la iglesia de Santo Domingo de Murcia, cuatro grandes lienzos sobre los arcos de las capillas laterales de la Capilla del Rosario.

Tallistas de los retablos

También sobresale la figura de José Navarro David, tallista natural de Murcia, al que se le encarga el monumental retablo mayor de la iglesia de Santo Domingo de Mula hacia 1780, hoy desaparecido. Fue un artista importante y más tarde arquitecto que trabaja en el último cuarto del siglo XVIII y en la centuria siguiente.