Este singular monumento se encuentra enclavado en la localidad de la Puebla de Mula. El lugar se encuentra marcado por dos cauces hídricos desiguales que la limitan: el río Mula y el llamado Azarbe de los Pueblanos. Viviendas y fortificación se sitúan totalmente dominadas por la impresionante muela donde una vez se irguieron los muros del espectacular castillo de Alcalá, que caracteriza (y condicionó) todo el paisaje circundante durante, al menos, toda la Edad Media.

Hasta el bonito enclave de la Puebla de Mula se accede por la carretera que une Murcia y Caravaca (C-415). Algo antes de llegar a Mula, y poco después de pasar por Los Baños, un desvío nos conducirá al pequeño núcleo urbano de La Puebla. La torre está inserta entre las viviendas de la calle de Arriba, al final de la vía, en el momento que ésta se abre en un pequeño ensanchamiento. Allí se puede contemplar su fachada principal y parte de sus muros laterales, pero no será posible el acceso a su interior, ya que se trata de una propiedad privada en malas condiciones de habitabilidad.

Una fortificación de la Baja Edad Media

La torre de la Puebla de Mula es una característica fortificación de nuevo asentamiento, que ha de tener sus orígenes en torno a los años finales del siglo XIV, cuando se da la primera carta de poblamiento para la Puebla de Mula. El enclave elegido para su construcción fue un punto estratégico del lugar, en uno de los límites de la población, para distanciarse en parte de ella, y tener acceso independiente a un cauce hídrico. Sus muros, de mampostería, se levantaron sirviéndose de materiales reutilizados de origen romano y procedentes del cercano yacimiento del Cerro de la Almagra.

Actualmente se encuentra en un regular estado de conservación, con sus muros desnudos y su altura menguada. No obstante, la torre está declarada Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.