Orígenes

La ermita se construye en el siglo XVII para albergar a la Cofradía de Santa Ana, de gran tradición en Moratalla. En el siglo XVIII, la ermita o iglesia fue ampliada y sufre una gran transformación, construyéndose el patio que queda frente a la fachada principal con adornos en jaspe gris y rojo.

Creación de ermitas

Existe la tradición de que las ermitas del noroeste murciano se edificaron a partir de la reconquista de Granada a fines del siglo XV y principios del XVI. Este florecimiento de las ermitas continuó durante los siglos XVII y XVIII con el llamado barroco rural, donde las proporciones de los edificios aumentaron en su estructura, consiguiendo una mayor ornamentación en toda la iglesia, ya fuese con retablos, pintura al temple, etc.

Durante el siglo XIX se produjo un estancamiento de la construcción de ermitas, conociendo un nuevo renacer en la segunda mitad del siglo XX, llegando hasta nuestros días, con edificios funcionales y utilitarios.

La ermita de Santa Ana

Hay ermitas que surgieron fuera de los primitivos cascos urbanos, pero que con el paso del tiempo y el aumento demográfico han quedado integradas dentro del entramado urbano, como es el caso de Santa Ana.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX surgieron las torres-campanario.

La mayoría de los ajuares litúrgicos de las ermitas son de época muy reciente, debido a las destrucciones que sufrieron durante la Guerra Civil, y todavía hoy.

Restauraciones

En 1988, la iglesia de Santa Ana fue cerrada al culto debido al avanzado estado de deterioro que presentaba. A finales de 1994 se inician las obras de restauración de la ermita, sufragadas con aportaciones de los feligreses y el Obispado.

Una de las peculiaridades de las obras de restauración de la iglesia de Santa Ana es que las modificaciones realizadas se han hecho siguiendo las directrices dictadas por el Concilio Vaticano II, de manera que el Altar preside el centro de la nave y los fieles se colocan en torno a él. También destaca la construcción de tres arcos sobre las tres hornacinas del presbiterio.

Manantial en el interior del templo de Santa Ana

Gracias a estas obras de restauración se consiguió localizar, buscando el origen de la humedad, un manantial en el interior del templo, aguas que fueron entubadas y canalizadas hasta el patio colindante, propiedad de la ermita. El nacimiento se ha situado en la actualidad bajo la hornacina donde se ubica el Sagrario, buscando la significación bíblica 'Fuente de la Vida'.