Los restos de esta fortaleza se encuentran en el paraje conocido como Cortijo de Priego, en el término municipal de Moratalla. Sus ruinas se yerguen aún sobre un cerro al pie del Calar de Incol, aproximadamente en la línea que hoy divide las provincias de Murcia y Albacete. En un radio de unos siete kilómetros en torno a este castillo se sitúan dos importantes fortificaciones: Socovos y Benizar.

El acceso al yacimiento se efectúa por la carretera que une las pequeñas poblaciones de Mazuza y Férez. A un kilómetro aproximadamente de la primera población parte un camino sin asfaltar, cerrado por una cadena, que se adentra en una propiedad privada. Desde allí el camino continúa unos 800 metros hasta un pequeño arroyo (resultante del manantial de Los Frailes, hoy embalsado), y desde allí, muy poco más adelante, hacia el este, surge entre campos de cereal el cabezo donde se levantó la fortaleza. Como ya se advierte, el castillo se sitúa en una propiedad privada, por lo que se debe de pedir permiso para su visita en las Casas de Requena.

Génesis de los vestigios

El origen de los restos de la fortificación que hoy se encuentran en este lugar se pueden datar en torno a los siglos XI y XII, según los dos principales estudios que se han centrado en este yacimiento arqueológico: el de Pozo Martínez (1993) y el de Manzano Martínez (1997). El análisis de los restos cerámicos aparecidos en el lugar, revelan también que el lugar estuvo habitado también durante la Baja Edad Media, cuando la fortificación y los campos circundantes pasaron a formar parte de la encomienda santiaguista de Segura. Igualmente, el último estudio citado detalló la existencia de una amplia alquería que, hoy en ruinas y soterrada, hay que relacionar con el castillo. No obstante, las estructuras más relevantes son las de la fortaleza, que fue construida con unos tapiales en los que la piedra quedaba trabada con la argamasa de cal. El uso de rocas relativamente gruesas contribuyó probablemente a la rápida degradación del monumento.

El castillo de Priego está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.