Protagonistas llegada de la luz a Cehegín
Protagonistas llegada de la luz a Cehegín
 Plaza de la Farola [Moratalla_Historia]
Plaza de la Farola

Cehegín

Cehegín inaugura su alumbrado público con aceite a comienzos de 1864 (cambiará a petróleo en 1867) tras convocar la correspondiente subasta para la instalación de 20 faroles cuyo costo ascendió a 1.200 reales a los que hubo de sumarse un costo anual en combustible de 6.500 reales, para una población ligeramente superior a los 2.100 habitantes. 

En 1869 se ocuparon de las composturas Alfonso Pérez Chirinos, el futuro secretario del ayuntamiento, y Pedro de la Torre; como arrendatario figuraba Juan Campos Moya por 526 escudos al año, cantidad que resultaba prácticamente la mitad que la del año anterior. Los dos serenos contratados entonces (en 1865 cuando se inauguró el servicio eran cuatro) cobraban anualmente 328,5 escudos cada uno. En 1894 el presupuesto anual de combustible para el alumbrado era de 2.500 pesetas, cifra que subió a 3.000 pesetas para los últimos años del siglo.

En julio de 1900, Juan de Dios Sandoval ofrecía sus servicios para la instalación del alumbrado mediante electricidad y lo hacía en nombre de la sociedad eléctrica La Cruz y Las Maravillas, cuyo gerente era en aquél momento José Martínez Carrasco. El contrato se firmó  el 19 de agosto por un periodo de 25 años  y el servicio se inauguró a comienzos del mes de abril de 1901. A finales de diciembre de 1907 se creó la empresa La Luz del Quípar cuya fábrica si bien estaba radicada en Caravaca, exactamente en tierras que eran propiedad de Ricardo Godinez y Leante, proporcionaría fluido eléctrico a un amplio espectro geográfico (Navares, Singla, La Almudema, Pinilla, Los Prados, Barranda, Archivel y Caravaca) dentro de la Región.

Con un capital inicial de 300.000 pesetas se designó como  presidente a José Sánchez y Ruiz de Asín y se nombraron dos tesoreros, uno para Cehegín, y otro para Caravaca, no en vano 43 de los 44 fundadores eran de una u otra población. Los estatutos fueron aprobados en marzo de 1908 en Caravaca. Con motivo de la inauguración el viernes 21 de mayo de 1911 el periódico El Siglo Nuevo sacaba a la luz un monográfico provisto de todo lujo de detalles sobre el evento, fotos, personajes asistentes al acto, etc. llegando a describir incluso la obra: "varios kilómetros de canal, cinco acueductos, un tunel de 200 m., un sifón, redes para las dos poblaciones, potencia de la turbina, etc".

El promotor y mentor había sido Ricardo Godinez pero la obra de ingeniería fue realizada por la empresa Bernardo H. Brunton, de Cieza. Participaron también los talleres Scheneider, Jaquet y la Cía. de Estrasburgo, siendo los generadores de la casa Meindiguer de Basilea. La instalación de tendidos y redes corrió a cargo de Electro-mecánica de Murcia. En 1930 la sede social de esta empresa estaba en la calle Carreños, 1 siendo entonces su presidente Blas R. Marsilla Melgares.

Moratalla

A mediados del s.XIX, siendo alcalde Antolín Aguilera Cascales, se inauguraba el alumbrado público por aceite en Moratalla. Sabemos que en 1860 se invertían por este concepto 4.097 reales, cantidad que se mantuvo sin alzas los dos años posteriores. En 1868 se produjo el cambio de combustible en el alumbrado: de aceite se pasó a petróleo. Habitaban entonces Moratalla unos 2.500 vecinos. En 1880 costaba anualmente este capítulo la suma de 1.649,15 pesetas que disminuyeron a 1.500 pesetas en 1890 y permaneció estable hasta concluir el siglo.

En abril de 1900 se realizó el contrato de alumbrado eléctrico con Eléctrica Moratallera. Se firmó para 30 años con un costo de  5.000 pesetas anuales por  1.590 bujías. En el mes de  enero de 1902  la Sociedad Eléctrica, cuyo director era Alfonso Cabello, causó destrozos al realizar las obras de  instalación en las calles del Hospital, Cánovas y Platería. 

En 1904 el alumbrado público por electricidad costaba anualmente al Ayuntamiento 3.000 pesetas que pagaba por mensualidades vencidas. Ese mismo año se hizo con el contrato municipal, por un periodo de 10 años,  Antonio de Béjar Ciller, hermano del alcalde de Cehegín  que ya en 1890 había hecho la misma propuesta a Caravaca sin que llegara a concretarse en nada.

En 1920 se presentaron diversos proyectos para el aprovechamiento de aguas de cara a la producción de energía eléctrica y su comercialización. Por ejemplo, Enrique Gosálvez Fuentes llegó a presentar  hasta tres proyectos diferentes, presa incluida, para instalarse entre Calasparra y Moratalla. Ese mismo  verano se solicitaban otros dos permisos de instalación, uno  a nombre de Francisco Javier Cervantes y Sanz de Andino, entre Moratalla y Hellín y el otro era de José Vila y Sevilla quien pretendía ubicarse entre Moratalla y Calasparra. Joaquín Payá entró al en el mercado de electricidad moratallense a finales  de 1927, instalando una línea que partía desde el  Barranco de los Moros, en Caravaca. En cuanto a la expansión de la electricidad por el término municipal sabemos que en 1935 había llegado a la Cañada de la Cruz.