Calabardina

     Desde tiempo inmemorial, cuando llega la festividad de la Cruz en la pedanía aguileña de Calabardina, sus habitantes conmemoran la festividad de este símbolo cristiano. La Cruz, que viene derivado por el hecho de ser el “árbol de la vida”, por el que se da la vida al hombre conecta con otras tradiciones pre-cristianas en las que el árbol es símbolo de la fecundidad y de la vida y a la que se le rendía homenaje en la primavera, tiempo este por el cual se desarrolla la fiesta.

     La festividad de la Cruz en esta población marinera discurre con la celebración de varios rituales entre los que destaca la confección de la cruz de mano de los vecinos, construyéndola a través de flores naturales. Su colocación en las fachadas o puertas de las casas sirve para alejar lo maligno y proteger a los moradores de la casa. Suele ser colocada en fechas próximas al 3 de mayo y no es retirada hasta el año siguiente por las mismas fechas, momento en el que se quema por ser un símbolo religioso.

     Así durante el día de la festividad los vecinos de Calabardina procesionan por sus calles y playa a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, acompañada de la Cruz. Durante todo momento la banda de música de tambores y cornetas ponen la nota musical con la interpretación de marchas procesionales.

     En este día la Virgen es la concreción de la figura de la fecundidad y la generadora de vida para los demás desde un punto de vista cristiano. Es por ello que, en Primavera, y, en especial en mayo, es un mes que se dedica a ella y así se le homenajea por ser la estación en lo que todo nace y se prepara para dar fruto.

     Tras la procesión la Virgen y la Cruz son ofrecidos al pueblo con la celebración de una misa, comida popular y baile a cargo de las cuadrillas locales.