Vista del Interior [Santuario Virgen de las Huertas de Lorca]
Vista del Interior

Historia

La fundación

     Es el primer establecimiento de los franciscanos en Lorca. Sobre la ermita de la huerta, de la que era patrono el Concejo, los franciscanos se asientan en 1466 en función de la bula del Papa Paulo II, confirmándose definitivamente la fundación en 1467. De la arquitectura que se levantó desde esta fecha hasta los primeros años del XVI, que perduró en su lugar hasta la riada de 1653, no se sabe nada. Por tradición, recogida en el libro de Vargas, se han conservado los siguientes datos: la ermita primitiva con su torre fuerte se embutieron en la nueva construcción: la primera, como capilla para la imagen de la Virgen, y la segunda como basamento de otra nueva torre.

Siglos XVII y XVIII

     La riada de 1653 arruinó por completo el convento, teniendo que levantarse de nuevo desde los cimientos, en parte con las aportaciones de los franciscanos y en parte con la venta de capillas a particulares. La portada de acceso a la iglesia se erigía hacia 1690, y se puede atribuir a Lorenzo de Mora y Manuel Rodríguez Serrano, canteros que habían hecho una igual para el convento de Santa Ana en 1687. El claustro y la escalera de acceso a su parte superior de 1670. Mientras que en 1677 ya estaba construido el camarín de la Virgen, para por último, a partir de 1739, y hasta 1742 construirse el antecamarín.

     El Concejo, que era patrono del convento, no pudo acudir a paliar los gastos de la capilla mayor por encontrarse sin fondos. Esta se le brindó a una grande de España, a la Marquesa de Santa Cruz, quien parece ser llegó a ser enterrada bajo el camarín de la Virgen y ayudó con dinero a las obras del templo, favoreciendo su adorno. El Concejo, por su parte, para favorecer en lo que pudo al convento, consiguió de Carlos II que se trasladaran los 15 días de feria franca que tenía por San Martín entre el 8 y el 22 de Septiembre, festividad de la Virgen de las Huertas, y para que hubiera concurso de gente en las cercanías del enclave religioso acondicionó un recinto junto al convento. Todo ello se traduciría en abundantes limosnas y en la expansión de la devoción a la imagen.

Siglos XIX y XX

     El convento, como el resto de los establecimientos religiosos regulares de Lorca (Mercedarios, San Juan de Dios, Dominicos y Carmelitas, ya que los jesuitas habían sido expulsados de España en 1773) fue desamortizado en 1835 y su comunidad exclaustrada, aunque ésta se repondría mediante la compra del edificio por particulares y su posterior entrega a la Orden Franciscana.

     La vieja torre del convento, que se cayó en 1901, fue levantada nuevamente, junto al camarín, por el arquitecto murciano José A. Rodríguez en 1902. En 1903 los condes de San Julián levantan su capilla, de estilo ecléctico, que dio el aspecto final al convento patronal que adquirió tal condición a finales de la década de los 50 del siglo XIX.

Personajes

     Entre los personajes más destacados que tuvieron relación con el Santuario de la patrona de Lorca, Santa María la Real de las Huertas, cabe citar los siguientes:

     Fray Pedro Morote, franciscano en quien confluyeron los suficientes conocimientos de historia local y teología para idear la decoración pictórica del Santuario en el siglo XVIII.

     Los artífices de los simbólicos ciclos pictóricos fueron Baltasar Martínez Fernández de Espinosa y Antonio José Rebolloso Jiménez, pintores locales del siglo XVIII, que realizaron los ciclos pictóricos en el convento de la Virgen de las Huertas que hacen alusión a los personajes relevantes de la Orden franciscana, a la Virgen de las Huertas como protectora de la ciudad y a la definición del dogma de la Inmaculada Concepción.

     Martínez Fernández de Espinosa también realizó unas buenas pinturas al temple, en la cúpula y pechinas de la Capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo de Lorca, con motivos y personajes de la Orden dominica.

     La torre fue proyectada por el arquitecto murciano José Antonio Rodríguez en 1903. José Antonio Rodríguez nació en Murcia en 1868 y desarrolló su obra a partir de 1893, año en que se tituló. Se considera discípulo de Millán al que llama "maestro". A principios de 1897, Millán propone al Cabildo que nombren al arquitecto como su suplente en la Diócesis, haciéndose cargo de la supervisión de las numerosas obras en iglesias y conventos que Millán tenía pendientes, ocupándose entonces por tanto de la nueva torre del Convento Virgen de las Huertas. Para la Diócesis de Cartagena construye también el Hospital de sacerdotes llamado al Convalecencia en 1912.