La sombra sola del olvido temo
LUPERCIO LEONARDO DE ARGENSOLA


SONETO


   AUNQUE temo la sombra del olvido,
más sufro la tortura del pasado
hecho memoria en mí: un río helado
y un náufrago en sus aguas sumergido.


   Vivir ajeno al tiempo es lo que pido
y es el don que los dioses me han negado.
La memoria me tiene esclavizado
y el impasible tiempo sometido.


   Mejor fuera el olvido que el recuerdo;
preferible es la nada a un hecho vano
que pese en la conciencia de por vida.


   Inmenso río en el que nado y pierdo
el equilibrio, y donde nunca gano
la iluminada orilla prometida.


[Del tiempo y la memoria; Alfonso X el Sabio; pág. 87/ Antología poética; Universidad de Murcia; pág. 305 / Poesías completas; Alfonso X el Sabio; pág. 331]


SONETO


   ESTÁ mi corazón, que ya envejece,
igual que el árbol, que si más añoso,
su fruto es menos, pero más meloso
y más golosamente se apetece.


   Pues si ayer fue enterizo, hoy ya parece
un arrope olvidado, un oloroso
vino que el tiempo puso apetitoso
y a más esencia con los años crece.


   Tal es la fruta que, olvidada un día,
si entre las verdes ramas es hallada
al gustarla alabamos su valía.


   Y es tal mi corazón, pasa arrugada
entre otoñales viñas, que aún nos fía
la miel del tiempo en mosto condensada.


[Del tiempo y la memoria; Alfonso X el Sabio; pág. 86/ Antología poética; Universidad de Murcia; pág. 304 / Poesías completas; Alfonso X el Sabio; pág. 330]

Comentario de José Antonio Postigo

     Dos de los distintos aspectos novedosos y gloriosos de estos sonetos se describirían así:

1. Que en ambos se toca, se palpa un auténtico sentido metafísico de nuestra Condición de Humanos. Algunos dirán psico-metafísicos, pero creo que aquí puede aplicarse aquello de que “de nominibus non est questio”. Lo que de hecho sucede cuando los leemos es que nos remueven los pilares de nuestra apatía ante el vivir nuestro sobre el Globo.

2. Esto que voy a comentar quizás se refiera con más fuerza (yo diría con más contundencia) al segundo de ellos (y a muchos más de su extensísima escritura como sonetísta y de toda clase de medidas y rimas).

     Me refiero al uso que Sánchez Bautista hace de los aconteceres naturales, huertanos, murcianos…, para hundirnos en el pesimismo metafísico al que me he referido arriba. Vuélvanse a leer, por favor…

     “la iluminada orilla prometida”… Otro detalle más de la maravillosa erudición autodidacta que acompaña a Francisco Sánchez Bautista cuando concibe y da a luz su poesía: “iluminada orilla prometida” para el más allá es un tropo que se encuentra en en todas las grandes aportaciones culturales de la Historia de la Literatura Universal…, así como el río…, y el río helado…, y el nadar en esa clase de ríos…, pero Sánchez Bautista acopla perfectamente a sus pensamientos y rimas, a su capacidad creadora, esta universalidad, creando el efecto boomerang.

     Siempre me pregunto lo mismo, ¿cómo es posible que esta poesía no sea conocida ni leída ni, pon ende, gozada en todos los ámbitos sociales, y educativos, y culturales de toda España y de todo el Globo, o, al menos de Murcia… Y tengo que reconocerlo: porque los profesores la ignoran…, y la ignoran porque Francisco Sánchez Bautista es el nombre de nadie…, y no tiene nombre porque no ha sido premiado a escalas nacionales…, y aquí se terminó la grandeza humana y HUMANISTA de un ser como nuestro suculento poeta y prosista (porque tiene unas prosas que te embelecan)... que es inmenso, poderoso y sapientísimo escritor murciano de alcance UNIVERSAL.

Segovia-Murcia, 19 de mayo de 2011