La cultura ibérica en la Región de Murcia eclosiona a partir del siglo V a.C., durante la plena Edad Antigua. El poblamiento se articula en torno a las vías naturales de penetración, es decir, a través de los cursos fluviales, generalmente el río Segura  y sus principales afluentes: el Sangonera, el Mula y los ríos del Noroeste en su margen derecha y un grupo de caudalosas ramblas estacionales en la margen izquierda.

  La proximidad de valles con tierras de cultivo en una economía agropecuaria, como la ibérica, fueron trascendentales para determinar la ubicación de los hábitats, requisito que en la Región de Murcia se conjuga con la necesidad de buscar posiciones claves de cara al comercio con el interior, al tiempo que se mantiene un fácil acceso desde la costa, ya sea a través de la vía de comunicación más importante (por Guardamar, en la desembocadura del río Segura) o a través del Mar Menor (poblado ibérico de Los Nietos). 

  Son muchos los yacimientos ibéricos conocidos en la Región de Murcia; entre ellos destaca el Cabecico del Tío Pío, en Archena, conocido internacionalmente gracias al estilo de sus cerámicas pintadas. Otros yacimientos conocidos son el Cigarralejo de Mula, del cual se excavó en su totalidad su necrópolis y el Santuario, El Cabecico del Tesoro y el Santuario de la Luz en La Alberca, el poblado fortificado de Los Molinicos en Moratalla, el poblado de Coimbra del Barranco Ancho en Jumilla, el poblado íbero-romano de Bolvax, en Cieza, y los restos que comienzan a documentarse bajo el casco urbano de Lorca.

  El poblamiento ibérico en Fortuna

  En el caso de la comarca de Fortuna, los principales centros de población están ubicados lejos de las vías de comunicación fluviales, siendo la más cercana Rambla Salada, afluente de la margen izquierda del río Segura, que se encuentra a varios kilómetros de los núcleos ibéricos. Éstos se sitúan en los extremos Oriental y Occidental de la Sierra del Baño, mole caliza en la que se concentran los principales afloramientos de agua de Fortuna. Son conocidos como el Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas.

  Estos oppida adquirieron un gran desarrollo económico hacia la segunda mitad del siglo V a. C. y durante el siglo IV a.C., ya que dominaban el atajo entre Archena y Orihuela. El Castillejo de los Baños controlaba directamente las aguas termales, mientras que el Castillico de las Peñas, de mayor entidad, tenía una posición estratégica inmejorable de cara al control del acceso hacia las tierras continentales de Murcia, la Meseta y elcurso del Segura.