Cieza

El escudo (armas labradas en piedra de los fundadores) situado en el arco de medio punto de acceso al atrio es cuartelado de los linajes Marín-Blázquez, Melgares, Padilla y Moya. El yelmo mirando al frente, que indica la posesión de un señorío jurisdiccional y la primogenitura en línea recta del linaje, y adornado con varios trofeos de guerra, tan característicos de la decoración heráldica del siglo XVIII. Realizado probablemente antes de 1750.

Obras artísticas en la clausura

En una de las urnas de entrada al CORO ALTO se halla actualmente una de las pocas imágenes del Niño Jesús salvadas de la destrucción en 1936. Es el denominado Niño Resucitado, trasunto infantil de Cristo Resucitado.

Actualmente preside el coro alto una Inmaculada Concepción de Olot, de 1942. A sus lados dos cuadritos de miniatura de la segunda mitad del siglo XVIII, representan a San Lorenzo y a San Pascual Bailón, posiblemente pintados por una monja. Existen además actualmente en el coro varias imágenes del Niño Jesús, entre las que destaca la del Niño Jesús de la Salud, talla del siglo XVIII, aunque muy restaurada.

De aspecto popular, es un San Antonio de unos sesenta centímetros, regalado por la patrona Doña Antonia Marín-Blázquez al acabar la guerra. Al parecer, procedente del oratorio que la familia poseía en la casa de su finca de Ascoy. Debe ser obra muy anterior a la fundación del Monasterio, posiblemente de principios del siglo XVIII. Destacan también en el coro alto el magnífico armonium y la sencilla sillería que regaló en 1894 el Capellán Don Pedro Marín Martínez. En la parte superior de la pared que divide coro e iglesia se conservan dos lienzos de más de un metro de alto. Uno representa a San Francisco abismado en la contemplación del crucifijo. El otro representa a Cristo sentado, apoyando un codo a la columna de la flagelación, mientras mira al espectador. Es el llamado Cristo de la Paciencia, o también Varón de Dolores.

Actualmente el CORO BAJO lo preside la antigua imagen de la Virgen de la Piedad, antes en el coro alto, muy restaurada por Manuel Juan Carrillo. Bajo la hornacina de la Virgen de la Piedad, se hallaba antes otra horizontal con la imagen de Nuestra Señora del Tránsito o de la Asunción, actualmente en la capilla de San Antonio.

Obras artísticas en la iglesia

En la pared de la CABECERA de la iglesia existen tres hornacinas. En la central se sitúa una Inmaculada Concepción de Olot, pero de buen acabado y dulces carnaciones, que fue costeada con la herencia de una de las monjas del Monasterio. En las hornacinas laterales, dos imágenes, también de Olot, de San Francisco y Santa Clara, regaladas por sendos bienhechores de la comunidad.

En el CRUCERO se han colocado dos retablos, ambos obra del escultor local Manuel Juan Carrillo Marco. El del lado del evangelio, de aire barroco, está dedicado a San José, imagen de escayola de Olot pero de bastante dignidad; todo costeado en 1978. El retablo del lado de la epístola, de resonancias más clasicistas, antes dedicado a Santiago el Mayor, lo está ahora al Santo Cristo de las Penas, imagen de Olot, aunque muy devocional.

El primer hueco del LADO DEL EVANGELIO corresponde a la antigua capilla de Nuestra Señora del Pilar. En 1980 se reestructuró la capilla con tres hornacinas, en la central se colocó a Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, obra de Manuel Carrillo García, realizada en 1920 como Virgen del Rosario, transformada en 1975 en la advocación actual por Manuel Carrillo Marco. En las laterales se han colocado Nuestra Señora del Pilar y Santa Gema Galgani, ésta talla de Antonio García Mengual.

La SEGUNDA CAPILLA DEL LADO DEL EVANGELIO está dedicada a Nuestra Señora de los Dolores. La imagen actual, de vestir, fue realizada en 1941 por el escultor murciano Juan González Moreno, inspirada en la anterior de Roque López. El retablo, realizado el mismo año, es obra sencilla pero armoniosa, de líneas clasicistas, debido al artista local Manuel J. Carrillo Marco.

La CAPILLA DEL LADO DE LA EPÍSTOLA está presidida por una imagen de San Antonio con el Niño, obra realizada por Manuel Carrillo García en 1914 para la Congregación Antoniana erigida en la Rectoría de San Joaquín. Fue enlienzada y restaurada ca. 1949 por su hijo Manuel J. Carrillo Marco. Fue regalada últimamente al Monasterio por la familia Buitrago. Su retablo actual se formó con restos de los de Santa Teresita y Santa Rita, laterales del altar mayor de la Parroquia de Ntra. Señora de la Asunción, incendiados en 1954. Debajo de la hornacina del santo, en una urna horizontal se venera la hermosa imagen de Nuestra Señora del Tránsito, obra de extraordinaria delicadeza, cuyo rostro refleja gran candor y serenidad. De dulces carnaciones, finamente tratadas, es sin duda, una de las mejores imágenes del Monasterio.