Talla realizada en madera policromada y dorado. Tamaño algo mayor del natural.

Se trata de la escultura de San Francisco Javier. Está ataviado con hábito de color muy oscuro, casi negro, con un borde en tono dorado alrededor del bajo y en el centro. Por encima del hábito una capa bastante corta, también en color muy oscuro.

Está colocado de frente, descalzo, con la pierna izquierda girada hacia el frente y hacia el lado. Asoma por debajo de la indumentaria el pie izquierdo, ya que el derecho queda oculto entre la roca y el largo hábito.

Es una escultura de composición más bien cerrada. Los brazos, aunque abiertos, se pegan al cuerpo. El derecho lo dobla tocándose el pecho con la mano abierta. Mientras tanto, con el brazo izquierdo alargado hacia el frente, sostiene un pequeño crucifijo de madera.

La cabeza se gira hacia la derecha, al mismo tiempo que se levanta hacia arriba. El cuello es bastante largo en proporción al tamaño de la cabeza. El rostro del Santo es sereno y poco tiene que ver con las representaciones que de él hizo Nicolás de Bussy.

Sí se puede percibir la influencia del maestro estraburgés en las vestimentas del Santo, tanto en la forma de hacer como en el colorido.

Observaciones:

El autor de esta obra, sin duda conoció la obra de Nicolás de Bussy, probablemente se trate de algún discípulo de éste.

Nombre: San Francisco Javier

Objeto: Escultura

Autor: Desconocido

Fecha: Primera mitad del siglo XVIII

Ubicación: Iglesia de la Soledad Cehegín