La batería antiaérea de cabo Negrete se encuentra muy cercana a la bahía de Portmán, al Este, en término municipal de Cartagena, aunque cercano al de La Unión. Así se enclava en el monte de las Cenizas, en pleno espacio natural protegido caracterizado por una orografía escarpada y abundante vegetación.

Para llegar a este estratégico lugar existe una vieja pista militar que parte desde la carretera que conecta los pueblos de Portmán y Los Belones. La carretera, de piedra machacada y suaves pendientes, no permite el paso de vehículos de cuatro ruedas, pero nos conducirá a la batería de Cenizas. Poco antes de llegar a ésta, inmediatamente antes de su portada monumental, parte un desvío a la derecha que, a unos trescientos metros desemboca en la batería de Negrete.

Este emplazamiento artillero fue diseñado conforme al Plan de Defensa de 1926, en el que se contempló un moderno y amplio despliegue defensivo para Cartagena y su base naval. Las nuevas armas, ya probadas eficazmente durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), habían demostrado la letalidad de los grandes cañones y la versatilidad de la aviación, por lo que urgía la modernización de las fortificaciones cartageneras. El monte de Cenizas y la punta de Portmán se convirtieron en el lugar elegido para montar un complejo artillero compuesto por piezas Vickers de 381 mm (Cenizas) y 152,4 mm (La Chapa) dispuestas para batir los buques enemigos, y una batería de cañones de la misma casa británica preparada para defender la zona de los ataques aéreos: Negrete.

Los restos de la batería de Negrete están declarados Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.