Plano del Augusteum
Plano del Augusteum
Augusteum. Vista de la excavación arqueológica
Augusteum. Vista de la excavación arqueológica

La investigación arqueológica desarrollada entre 1991 y 2001 ha permitido recuperar buena parte de la mitad oriental de un edificio monumental romano, incluyendo tres de sus cuatro límites, algo que facilita una interpretación bastante ajustada  del mismo.

Estructura

El acceso probablemente se efectuaba desde la esquina nororiental del Foro. Esta entrada daría paso a un gran espacio abierto, un patio o espacio sagrado (témenos) pavimentado con gruesas losas calizas sobre el mortero de preparación. El lugar estaría individualizado del resto de la ciudad, de la que solamente contamos con una pequeña parte de su límite oriental (estancia VI).

El patio se cerraba con un gran fondo de carácter escenográfico. Desde la misma entrada, el visitante vislumbraría en el centro un gran porche-pórtico adelantado, flanqueado por dos estancias (II y VII) estrechadas y alargadas, terminadas en dos pequeños ninfeos (estanques-fuentes) semicirculares que seguramente quedarían cubiertas por una media cúpula a pechina y con un frontal remarcado por dos columnillas laterales y posiblemente ocupados sus interiores por esculturas.

De la estancia porticada o porche (IV), elevada sobre una escalinata de tres escalones, se conservan vestigios de de sus cuatro pilares o columnas, como basamentos incrustados en la argamasa o el hueco de la caja dejado tras su expolio. Asimismo se encuentran numerosas muestras del suelo de la estancia, consistente en un enlosado marmóreo formado por placas cuadradas de 2 centímetros de espesor, blancas y negras en ¿damero¿ de 30 cm. de lado. Asimismo, donde no hallamos losas, se pueden observar aún sus huellas en el mortero de preparación del pavimento. En el centro del pavimento se distingue un recuadro cuadrado de tres pies romanos de lado, donde el preparado de mortero aparece más deteriorado y que puede tratarse de la huella de un elemento que se alzaría en dicho lugar.

El fondo de la estancia porticada IV lo constituye un muro de cierre, abierto en el centro por un vano de 2,70 m., flanqueado por dos pilastras adosadas. Este vano comunica con el aula central V, que por su situación en el eje principal del edificio y la calidad tanto de su pavimentación (losas rectangulares de mármol veteado, enmarcada por placas estrechas de serpentina roja) como de sus padres con restos de un revestimiento marmóreo muy fino, parece constituirse en la sala más importante de la construcción.

Se trata de una gran estancia, cerrada al este por una gran exedra semicircular escalonada en el centro y encuadrada por sendos cuerpos de tribuna en opus caementicium revestida por mármoles y por unos estrechos pasillos por los extremos que permitiría acceder lateralmente hasta la exedra.

El conjunto se completa con otras habitaciones secundarias, de servicio o de paso a la calzada que transcurría a la espalda del edificio. Dos de ellas eran unos estrechos pasillos (estancias III y VIII), a los que se accedía por unas pequeñas puertas semiocultas junto a los ninfeos. Finalmente la planimetría del edificio se completa con dos estancias cuadrangulares de servicio (habitaciones I y IX ocupando las esquinas NE y SE del conjunto), abiertas por vanos-umbrales a la calzada oriental y de los únicamente se han conservado restos de sus paramentos en opus signinum, de poco alzado.