El Palmar
Eucalipto monumental del Mayayo
José Antonio López Espinosa


  Concesión del título de aldea de realengo

  Fue en el siglo XVIII cuando se le reconoce la distinción administrativa de aldea de realengo, lo que significaba contar con un alcalde pedáneo. Pero a pesar de esta concesión, el desarrollo de Sangonera la Verde se vio frenado en la centuria siguiente por una serie de factores que confluyeron en su contra. En los albores del siglo XIX la mayoría de labriegos eran cultivadores a renta, que vivían en estado de pobreza y miseria. Los únicos que se enriquecieron por la situación fueron los propietarios de las tierras. Esos pequeños labradores eran llamados comúnmente 'penjareros'.

  En estos tiempos también se tuvo que hacer frente a la situación política, que se respiraba en el ámbito de la nación, y a las contiendas bélicas, a propósito de la Guerra de la Independencia de España contra Francia. Está documentada la presencia de soldados durante los años de conflicto. Estas vicisitudes harían que el sitio de Sangonera la Verde no consiguiera reunir los requisitos que más adelante se le exigirán para lograr constituirse como municipio independiente.

  De El Palmar a Murcia

  Las nuevas disposiciones sobre la división municipal que se dieron durante las Cortes de Cádiz no fueron suficientes para las aspiraciones de Sangonera la Verde de levantar un Ayuntamiento propio, puesto que no reunía las condiciones exigidas. Fue entonces cuando, junto a su vecina la Seca, pasan a formar parte del recién creado término municipal de El Palmar. La integración dentro de este núcleo se mantuvo hasta el año 1856, momento en el que desaparece ese Ayuntamiento y pasa a formar parte, junto a las entidades que lo conformaban, del municipio de Murcia.

  Los nuevos tiempos en Sangonera la Verde

  En los años 50 del siglo XX se asiste a cierto retroceso demográfico, consecuencia de las fuertes corrientes migratorias que tienen lugar en esos años, dirigidas a Francia y Suiza. En el caso específico de Sangonera la Verde, a Alemania. Pasados esos primeros momentos de migración, empieza a vislumbrarse cierto desarrollo económico y demográfico en la pedanía sangonereña. El crecimiento poblacional se evidencia en las cifras estadísticas: de los 3.557 habitantes que coteja el censo de 1960 se pasa a los 7.457 del año 1996.

  En la actualidad Sangonera la Verde conforma una de las pedanías de mayor relieve dentro del distrito municipal de Murcia. Es de destacar la labor de dos personajes sangonereños que han levantado el nombre de este rincón del paraje murciano, como es el caso del escritor y poeta Ginés Aniorte, y del concejal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Murcia José Ros, sangonereño de nacimiento con gran preocupación e interés en el devenir de su pueblo. Entre los títulos de Aniorte destacan 'Poemas de Amor', 'Fragmentos', 'Mientras dure el invierno', 'Devenir'... y su última publicación, 'Cuanto quise decir'.