Sangonera la 'Sanguinaria'. El origen del pueblo

  En relación al nombre de Sangonera se encuentran ciertas referencias a la cruenta batalla del año 713, durante la invasión musulmana. Varios historiadores le otorgan a la palabra un origen latino bajo el significado 'Sanguinaria', que remitiría a esa lucha que enfrentó a los ejércitos árabes y visigodos. También se han buscado las raíces del término en otro enfrentamiento, que aconteció en el 714 entre un ejército dirigido por el obispo Opas y Amiramech y los pobladores de la ciudad de Murcia. Algunas investigaciones han hecho localizar la famosa batalla de Guadalete en el término de Sangonera, localizando la procedencia del topónimo en las palabras 'Sango' y 'Nera', que equivalen a 'Sangre Negra', haciendo referencia al cruel enfrentamiento entre Fernando III el Santo y Mohamed Ben Hud entre Alcantarilla, San Ginés y el caserío de Torre Guil del siglo XIII.

  Al margen de estas teorías, que fijan unas raíces fundadas en significados bélicos, están también los defensores de la derivación de un fitotopónimo basado en la abundancia en esta tierra de especies vegetales, que serían identificadas bajo el término 'Sanqunayra'. Este término haría referencia al color de la savia de estas plantas, o al de sus frutos. También se emplearía en algunos tratamientos para cortar las hemorragias. De cualquier modo, en lo que sí coincide es en los orígenes árabes del pueblo de Sangonera. Las evidencias anteriores a la época musulmana son inexistentes, a la espera de hallazgos arqueológicos en este entorno, que testimonien otras presencias culturales.

  La Verde y la Seca

  Todo parece indicar que ya en tiempos de la invasión musulmana el territorio de Sangonera quedaba dividido. Los historiadores árabes describirían el campo regado por el Sangonera con los pagos diferenciados de la Verde y la Seca. Esta distinción también quedaría patente en los repartimientos del Rey Alfonso X el Sabio al referirse a Sangonera la Seca bajo el nombre de Albar por sus tierras blancas y de secano. La situación y características de las tierras sobre las que se sitúa Sangonera la Verde influyeron notablemente en la evolución del pueblo. Los antepasados sangonereños supieron aprovechar las grandes fuentes que manaban de la ladera norte de la Sierra de Carrascoy, suficientes para la instalación de personas, ganados y algunos cultivos de huerta.

  Finalizada la Reconquista la inseguridad, sumada al vacío demográfico, convirtió los montes sangonereños en lugares propicios para el desarrollo de una ganadería trashumante. La importancia de esta actividad se atestigua con la ubicación de la dehesa comunal o concejil de Murcia, celebrándose muchas de las asambleas de la Mesta en el Palomar de Mayayo, muy cercano al núcleo poblacional principal. Se ha llegado a decir que la influencia de la ganadería desarrollada en Sangonera se dejó sentir en las profundidades del pueblo, en la cultura, el folclore y la costumbre de un lugar de gran tradición pastoril.

  El despegue de Sangonera la Verde

  El crecimiento urbano de Sangonera la Verde se localiza en los tiempos de dos aristócratas de la zona, el Conde Guill y los Marqueses de Mayayo, bajo cuyos mandatos se construyeron las primeras casas en los territorios de ambas familias. Estos primeros habitantes de Sangonera la Verde se dedicarían principalmente a la construcción, germen del desarrollo de un sector cuya relevancia quedará reflejada incluso hoy día. Muchos de estos vecinos consiguieron crear fortuna y convertirse en dueños de sus propias tierras.

  Es en este período de despegue donde se sitúa el segundo de los topónimos del lugar, el de Ermita Nueva en referencia a la pequeña construcción del siglo XVI. Este espacio fue ampliado posteriormente, erigiéndose la actual parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, convertida en patrona popular. Se cuenta que fueron unos frailes llegados hasta estas tierras quienes trajeron una talla de la Virgen de los Ángeles, a quien se le dedica la ermita en cuyos alrededores surgió un pueblo hábil en la construcción. Desde entonces el núcleo principal de población se situó alrededor de la iglesia parroquial, pasando más tarde a las inmediaciones de la Plaza Mayor, así como a ambos lados de la carretera de El Palmar-Mazarrón. A pesar de la creciente importancia de Sangonera la Verde en los siglos siguientes, la población continuaba dispersa.