La llegada de Abdón y Senén: Patronos desde el siglo XVI

    Se ha supuesto que fue con la instalación de los primeros repobladores, posiblemente llegados desde de la Corona de Aragón en el año 1412, cuando se introdujo el culto y la devoción hacia los Santos Mártires San Abdón y San Senén.

    Sin embargo, las primeras referencias hacia ellos datan del siglo XVI, época en la que ambos fueron nombrados Patronos de Calasparra por su relación con la protección de las cosechas, en sustitución de San Pantaleón.

    En 1598 se fijó la fecha de las fiestas en honor a sus patronos, el día 30 de julio, perdurando hasta hoy.

Primeros años de auge de la Fiesta

    Durante el siglo XVII aumentó la devoción hacia los patronos y se fundó la Ermita de los Santos, realizada por Pedro Hernández, donde se encuentran sus imágenes y reliquias, que llegaron a Calasparra en 1631.

    Al tiempo que aumentó la devoción se fijaron los actos que acompañarían a las fiestas: ceremonias religiosas, comedias, danzas y toros; siendo los encierros y posteriores corridas el alma de esta fiesta hasta finales del siglo XIX.

    Sin embargo, la celebración en honor de los Santos Mártires se componía de dos partes con fechas distintas: la litúrgica, que se celebraba en julio; y la popular, celebrada en septiembre y donde tenían lugar las comedias, las danzas y los espectáculos taurinos.

    Las fiestas de San Abdón y San Senén se consolidaron a lo largo del siglo XVIII, convirtiéndose en las más importantes de la villa.

Decadencia de la celebración en el siglo XIX

    En contraste con los años anteriores, la situación se presenta radicalmente distinta en el siglo XIX, cuando comenzó el declive de los actos y las fiestas con motivo de la crisis económica que sufre Calasparra. A ello se le sumó la sustracción de las reliquias de los Santos Mártires de su Ermita a manos de las tropas francesas durante el saqueo que sufrió la ciudad en 1812.

    Tanto es así que a finales de siglo, la devoción hacia los Santos Mártires decayó considerablemente por varias cuestiones, entre ellas la construcción de la Plaza de Toros en 1896, que supuso el fin de las corridas callejeras, con el ajetreo de gentes por las calles y la desaparición de los tradicionales encierros por las calles de la villa.

Consolidación con ciertos altibajos en el siglo XX

    Ya en el siglo XX, los actos en honor de los Santos Patronos han atravesado por variadas vicisitudes. Las imágenes de los Mártires se perdieron durante la Guerra Civil, siendo reemplazadas por otras nuevas tras la finalización del conflicto. Con la alegría de poder volver a celebrar las fiestas, éstas adquieren un nuevo empuje durante los años cuarenta, aunque no por mucho tiempo.

    Durante las dos décadas siguientes la Fiesta volvió a decaer, hasta que en los años setenta se forman varias peñas partiendo de la iniciativa ciudadana, las cuales animan y dan vida a los festejos que vuelven a renacer hasta el día de hoy.

    Las Fiestas en honor de los Santos Mártires se celebran junto a la Feria Taurina del Arroz, aglutinando aquellas con las corridas de toros y el cultivo del arroz.