Con la llegada del mes de octubre Bullas se viste de gala para celebrar sus fiestas, y en las jornadas previas, comienza ya a notarse el ambiente festivo. Los preparativos tienen especial relevancia con los sonidos de la dulzaina y el tamboril.

     Durante la semana previa a las fiestas, desde el lunes hasta el viernes, recorre las calles de la población el Tío de la Pita, que con su dulzaina y acompañado del tamboril, anuncia la llegada inminente de las fiestas, interpretando melodías de ayer, hoy y siempre. La canción que no falta y que identifica tanto al personaje como a las propias fiestas, es el "Manuel".

     En su recorrido por las calles, el Tío de la Pita es seguido por multitud de chiquillos que llevan los tradicionales "cabezudos".

     Cita obligada es, al salir de la novena, caída ya la noche, escuchar al Tío de la Pita, quien desde el balcón del Ayuntamiento nos hará bailar y cantar con el "Manuel".

Me s'han roto los zapatos... ¡Manuel!
de subir al gallinero... ¡Manuel!
a ver si veo venir... ¡Manuel!
el correo de las siete... ¡Manuel!
Mira las muchachas... ¡Manuel!
que bonitas son... ¡Manuel!
Hay que quererlas... ¡Manuel!
con ilusión... ¡Manuel!

     El viernes por la noche, tras la última intervención del Tío de la Pita, dan comienzo de manera oficial, con el pregón, las fiestas de Bullas.