Tomasa Ortiz y Real, Beata Piedad de la Cruz, fue la fundadora de la Congregación de las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús de Alcantarilla.

Con una vida íntegramente consagrada a la religión y al cumplimiento de los preceptos católicos, Madre Piedad de la Cruz tuvo que esperar bastantes años, por diversas circunstancias, para que su sueño vocacional se hiciera realidad.

Durante mucho tiempo anduvo luchando y sobreponiéndose a todos los obstáculos que le fueron apareciendo en su camino.

Tardaría 41 años en hacer su primera Profesión Religiosa y 20 más en emitir la Profesión Perpetua.

El infortunio y una débil salud marcó ese tiempo compartido entre el desencanto, la ansiedad y la fe ciega de su vocación.

De un modo humilde y escondido desempeñó una importante labor a lo largo de toda su vida, buscando un lugar para su vocación y dedicando su vida a la ayuda a los más necesitados.

Esta labor fue finalmente reconocida el 21 de Marzo de 2004 cuando fue beatificada en Roma.

Este hecho supuso en Alcantarilla un acontecimiento de importancia tanto religiosa como social.