La primitiva población musulmana de Águilas

   Tras el abandono de la zona por parte de los romanos en el siglo VI, se produce un vacío de población en Águilas. Hasta el siglo XI no se tienen noticias de pobladores en la costa aguileña. En estas fechas, la dominación musulmana del Sur peninsular requería una unión constante con el Norte de África. Se reconstruyó la torre que habían levantado los romanos en el cerro cercano a la población, desde ese momento 'hisn' protector, y se creó una infraestructura suficiente para que el puerto de Águilas no dependiera de las cercanas Cartagena y Vera. El puerto comercial era un punto clave para que la poderosa ciudad de Lorca tuviera una salida al mar. Sobre el restaurado 'hisn' se conserva un comentario que el árabe Al-Idrisi cita en su itinerario: "se trata de una pequeña fortaleza situada sobre el mar, siendo el furda, puerto comercial de Lorca, de la que dista 25 millas".

   De esta misma época es el hallazgo de una necrópolis en la calle San Juan con varios enterramientos árabes que atestiguan la ocupación. Aunque se piensa que esta población no llegaría a representar una madina, sino más bien un agrupamiento civil urbano protegido por la fortificación. Sería también entre los siglos XI y XIII, durante la dominación islámica, cuando se construyeron otras dos fortalezas defensivas, que controlaban el paso desde el litoral al interior de las tierras lorquinas: el Castillo de Tébar y el de Chuecos. Los últimos estudios realizados en los lienzos de muralla próximos al Castillo de Tébar y los documentos castellanos posteriores corroboran que estas dos construcciones defensivas estaban ya en pie durante el último siglo de dominación árabe en el reino de Murcia.

   La llegada de los cristianos

   Tras el Tratado de Alcaraz en 1243 el reino de Murcia pasaba, como Protectorado, a manos castellanas. La zona de Águilas perdería su población musulmana y permanecería, durante prácticamente dos siglos, sin habitantes. Ya en el siglo XV los Castillos de Tébar y Chuecos protegían a los escasos agricultores castellanos que habitaban la tierra. Mediante señales de fuego y humo, desde estos castillos se avisaba de la incursión de musulmanes del reino nazarí de Granada desde Vera o de desembarcos berberiscos desde la costa. Por esta razón, la repoblación del litoral aguileño no se realizaría hasta el siglo XVIII. Aunque no sólo eran los cristianos los que debían defenderse de los árabes. También los habitantes de las tierras lorquinas entraban en territorio nazarí, atacaban los campos vecinos y raptaban pobladores musulmanes.