Detención
Pese a que los dirigentes del naciente régimen republicano se habían comprometido a garantizar la libertad de expresión, en los pueblos y en las pequeñas ciudades esta libertad quedó reducida por la arbitrariedad de las autoridades locales, que aprovecharon su poder para actuar con dureza contra las personas que les criticaban.
El domingo 6 de septiembre, Francisco Martínez Collado, director de Renovación, fue detenido por el Teniente de la Guardia Civil de Águilas. Una vez en prisión, Martínez Collado supo que su detención había sido ordenada por el diputado Luís Prieto Giménez, un político aguileño que se encontraba disconforme por la publicación de un artículo en el que el director de Renovación hacía referencia a la participación de Prieto en un mitin de su partido. La noticia pasó desapercibida para la mayoría de la prensa provincial ya que Renovación, por su difusión local, no era una publicación conocida.
Poco después Martínez Collado quedó en libertad y a la semana siguiente publicó un artículo en el que realizó una dura crítica a las instituciones por la indefensión en la que quedaban los periodistas frente al poder de determinados políticos.
La protesta
“Ni en los ignominiosos tiempos de la dictadura. Ni en aquellos otros en que el caciquismo imperante imponía su voluntad y su capricho contra toda la ley y frente a toda justicia, se cometió acto parecido al que se realizó el pasado día seis en Águilas contra el director de este periódico… Un diputado de las Cortes constituyentes, de esas Cortes que darán cuerpo de realidad al código fundamental del Estado, que ha de ser completamente liberal y democrático; un diputado de esas Cortes mandó detener ¡¡BAJO SU RESPONSABILIDAD!! al Director de RENOVACIÓN, por el horrendo crimen de haber reseñado, en parte, este periódico, un mitin en el que entre otros oradores actuó el diputado socialista Don Luís Prieto Giménez. Por encima de toda ideología política pidió que se realizara ¡¡BAJO SU RESPONSABILIDAD!! tan injusta detención…quede sentada nuestra enérgica protesta ante la realización del hecho señalado, y más adelante sabrán nuestros lectores hasta donde conducen ligerezas de una impremeditación imperdonable y lo que significa el más leve atropello a esas hojas volanderas que el mundo civilizado se llaman prensa”.
Francisco Martínez Collado siguió como director de Renovación durante cinco años más, hasta la desaparición de la publicación. En los números posteriores que se conservan no hay más referencias a este incidente, ni tampoco se conoce cual fue la sentencia judicial.
