Detalle de Balcones[Casa Zapata o del Tío Lobo Potman]
Detalle de Balcones

La zona minera de La Unión tiene una historia milenaria, tartesos, fenicios, cartaginises y romanos, que llamaron a esta zona Portus Mágnum, se interesaron por la riqueza de minerales que se podían encontrar en estas tierras. Explotada desde siempre, sería en los últimos años del siglo XIX, en la llamada "fiebre de la minería", cuando gente procedente desde Andalucía, almerienses sobre todo, se instalen en la Unión y en toda la sierra con el objetivo de trabajar en las minas, trabajo que en aquel tiempo llegó a realizarse de una forma incontrolada.

El Tío Lobo (San Javier, 14 de octubre de 1841 - 16 de julio de 1918)

Nació en el seno de una familia ganadera y beneficiaria de la desamortización de Madoz que atraído por el boom minero llega a la cuenca cartagenera. Alternará sus actividades mercantiles con los negocios mineros. Zapata es un buscador de fortunas que logrará edificar un gran emporio: minas, fundiciones, almacenes, muelles de carga, barcazas y hasta buques de alto tonelaje. Un personaje que llegó a codearse con las principales fuerzas vivas regionales y nacionales. Lo que le llevó a acercarse a la política, llegado a ser alcalde de La Unión.

Miguel Zapata Sáez, en ese momento de auge de la minería, se convertiría en uno de los mayores empresarios de esta cuenca minera, además de persona de gran relevancia en la sociedad del momento y en especial en la pedanía de Portmán. La anécdota que acompaña a este ciudadano conocido como el Tío Lobo, forma parte de la "mitología" popular. Se contaba de Miguel Zapata que siendo joven, en la pedanía de El Mirador, de San Javier, se enfrentó a una manada de lobos que atacaba a las reses propiedad de su familia, matando a varios y conservando la cabeza disecada de algunos como muestra de su arrojo. Lo único demostrado es el empleo de un troquel con aquella figura, que será estampado tanto en su correspondencia como en las barras de plomo que expendía.

Encargo a Víctor Beltrí

El encargo de realizar esta casa lo puso en marcha uno de los arquitectos más conocidos que trabajaban en la Región de Murcia,Víctor Beltrí, nacido en la tarraconense Tortosa. Beltrí se interesó en un principio por la pintura, pero cursó arquitectura en la Universidad de Barcelona, donde se licenció en 1886; ejerció como arquitecto municipal en la ciudad donde nació, pero pronto llegó a Cartagena en 1895, donde trabajó sin descanso, dando a los edificios de la ciudad su peculiar estilo modernista.

Es considerado como uno de los mejores representantes del Modernismo dentro de la Región de Murcia. Su obra es múltiple y variada en conceptos estéticos, experimentando en cada uno de sus edificios con las distintas posibilidades del eclecticismo, esa mixtura que mezcla estilismos de épocas pasadas con tendencias del momento, y de los conceptos modernistas, estos últimos muy utilizados en la última etapa de su obra.