La Alberquilla, pedanía perteneciente al término municipal de Jumilla, se sitúa a pocos kilómetros de esta, en las faldas de la Sierra del Carche.

Se trata de un conjunto de casas rústicas, algunas de nueva construcción.

Denominados de varias maneras, según la zona, los chozos, bombos, cubillos, cucos, etc, son unas curiosas construcciones, cuyos orígenes se retrotraen a un remoto pasado, probablemente habría que buscarlos en las sociedades calcolíticas, pero que no han corrido la suerte de ser estudiadas en profundidad, ni difundida, a nivel general, su existencia.

La razón de ser de estas construcciones se debió, fundamentalmente, a que los esfuerzos de los pequeños agricultores y los braceros para acceder a la propiedad de la tierra o el arrendamiento de estas, incluso la puesta en cultivo de nuevos desmontes, no hacía posible la construcción de casas, por pequeñas que fueran. Así, para resguardarse de las inclemencias del tiempo, tanto en invierno como en verano, se construyen los cucos.

Serán pues albergues temporales, donde resguardarse del clima, e incluso habitar pequeñas temporadas, en zonas generalmente alejadas de los núcleos de población, y con malas comunicaciones, que hacían difícil el desplazamiento continuo.

Respecto a la datación de estos cucos, no tenemos más que fechas aproximadas, pero parece que su mayor desarrollo se produce durante los siglos XVIII, XIX y una parte del XX.

Los ámbitos geográficos en los que podemos situar estas pequeñas construcciones son amplios, pero tienen muchos aspectos en común, cabe destacar que son zonas con un cultivo predominante basado en el secano, con predominio de lo que se llama la triada mediterránea( trigo, vid y olivo), en las que se encuentran pequeñas zonas de huerta. Son terrenos, predominantemente calcáreos, con materiales geológicos del terciario, además de abundantes materiales sedimentarios del cuaternario.