Origen del nombre: El historiador Plinio habló de ella como Juncellus, los árabes la llamaron Geminalet y en las cronicas cristianas de la Edad Media se la conocía como Xumilla. En la relación histórico-geográfica redactada por el Concejo a instancias de Felipe II, en 1579 se, se hace constar que siempre fue designada con el nombre de Juyella, tal vez derivado del árabe Jume Elo o Eio, aljama de Eio.
Los dos máximos tesoros arqueológicos hallados bajo el suelo de Jumilla, la estatua del Hipnos, dios del sueño, en bronce y el busto romano de un hombre joven (tal vez el emperador Lucio Vero), en mármol de Carrara, son los grandes ausentes de la colección. Para los que no se conformen con observar las fotografías exhibidas y no muy buenas de estas joyas de antaño, pueden viajar a Alemania concretamente al Museo Estatal de Berlín, donde se encuentran en la actualidad.
Los frailes franciscanos eran buenos, sí, buenísimos, aunque se cansaron de que los visitantes ensuciaran las paredes exteriores del santurario de Santa Ana, en Jumilla, con sus nombres, los de sus novias, fechas, corazones, etc. y un día pusieron el siguiente letrero: "Si eres creyente, reza; si eres incrédulo, admira, y si eres tonto, escribe tu nombre en la pared". Hasta la paciencia de los más "santos" tiene su límite.