Antonio Hernández Carpe nace en Espinardo, un pueblo que estaba próximo a la huerta de Murcia.

En Murcia los artistas de la generación de los años 20 comenzaban a compartir las lecciones artísticas que habían aprendido con las nuevas promesas del arte murciano.

La Guerra Civil truncó durante unos años su aprendizaje con esta generación de artistas, puesto que algunos son presos y otros se ven obligados al exilio.

Una vez finalizada la guerra comienza a resurgir el arte en toda España.

A partir de los años 50 la extensión de huerta que rodeaba la ciudad comienza a desaparecer, para dar paso a una ciudad renovada y comparable a cualquier ciudad española, con altos edificios de viviendas y grandes avenidas.