Si variado es el paisaje de Cartagena lo mismo ocurre con su cocina, nutrida por productos de campo y mar.

     Se suele asociar la gastronomía cartagenera, de una manera especial, a los guisos de pescado, si bien el uso de productos marítimos, tradicionalmente, era más usual entre los vecinos de las diputaciones costeras, ya que la conservación del pescado fresco era muy difícil de conseguir.

     Los habitantes de las zonas prelitorales de Cartagena o los vecinos de los parajes interiores, tenían una cocina basada en lo que les proporcionaban sus cultivos y el ganado, principalmente porcino, que solía criarse en algunas granjas, además de mamíferos como el conejo, muy apreciado en la cocina cartagenera.

     La historia gastronómica de Perín nos muestra un surtido de productos muy utilizados en toda la región, productos básicos almacenados en invierno, como las olivas en aguasal, los racimos de uvas, melones, granadas, ajos y cebollas, así como embutidos de cerdo y un fruto muy apreciado, el higo (y en especial el verdal), que antiguamente se guardaba aplastado en tongas con trozos de hinojo entre capa y capa.

Platos principales

     Si nos referimos a los platos de pescado sin duda el principal protagonista es el caldero, un guiso de pescadores cuyo origen se debe al uso que estos hacían de las piezas y sobras de pescado que no podían vender en las lonjas, por ser piezas con demasiadas espinadas o poco apreciadas. Algunos especialistas hacen una distinción entre el caldero que consumían los lugareños de Santa Lucía, Perín y los del Mar Menor. En el caso de Perín, el pescado consumido era el que provenía de los barcos que descargaban en la Azohía.

     Pero además del caldero Perín, junto a Cartagena, disfruta de platos extendidos por toda la Región de Murcia tan típicos como los michirones, el arroz y conejo, el conejo al ajo cabañil, el frito de verano o las migas con higos, uvas o sandía.

     Los postres tradicionales más consumidos son el arroz con leche y los buñuelos con chocolate. Y en fechas navideñas abundan los clásicos dulces de la época como los rollos de pascua o las tortas de boniato.