Destacan sobre todas las construcciones las dos grandes explanadas en las que fueron montados sendos cañones Vickers 381 mm a barbeta. Sobre las piezas se sitúan elevados los mandos de tiro, destinados a que el potente disparo diera en el blanco elegido. Todas las edificaciones existentes fueron mimetizadas para evitar su fácil visión desde la fachada marítima, por lo que su arquitectura tiende a ocultarse bajo tierra o a imitar las texturas de la roca para poder ser confundidas con el terreno.

A la batería se accede por un pórtico que imita un castillo medieval, con cubos almenados, en un estilo que se ha de relacionar con el modernismo y el eclecticismo que tan en boga había estado en las obras civiles de Cartagena durante la época y años precedentes. Esta fachada enmascara los accesos a las distintas dependencias de la fortificación, generalmente semienterradas. Estas estancias albergan, para cada batería, una sala de máquinas, la chillera, los depósitos de pólvora, la cámara de carga y el almacén de repuestos.