Santa Ana

    Unir las frutas a los flanes es un modo de enriquecerlos con sabores diferentes e incluso con otras texturas si incorporamos la fruta en pequeños trozos, sin licuar. En este caso añadimos a la preparación del clásico flan de huevo el zumo de naranja. La naranja es una de las frutas reina durante los meses de invierno, rica en vitamina C y en minerales, en la estación más fría del año en estas latitudes es de las más consumidas.

    El flan de huevo por su parte es uno de los postres más tradicionales en nuestras cocinas. Muy sencillo de preparar y muy nutritivo. Al incorporar el jugo de la naranja suavizamos el sabor del huevo que para algunos paladares es poco agradable.

    En esta receta se emplea leche y zumo de naranja a partes iguales pero puede confeccionarse sólo con naranja sustituyendo el volumen de leche por el mismo volumen de zumo.

Ingredientes

    200 ml de leche

    200 ml de naranja

    175 g de azúcar

    4 huevos

    Cáscara de naranja

Elaboración

    Comenzamos caramelizando el molde en el que vamos a cuajar el flan con un azúcar, una pequeña cantidad de agua y unas gotas de limón. Procurando no quemar el azúcar.

    A continuación procedemos a aromatizar la leche hirviéndola con la corteza de naranja. Hecho esto, dejamos enfriar la leche.

    Mientras tanto batimos los huevos con el azúcar. Cuando el azúcar se ha disuelto añadimos el zumo de naranja y mezclamos bien.

    Colamos la leche para retirar las cáscaras de naranja y la incorporamos sobre la mezcla anterior.

    Cuando todos los ingredientes estén integrados vertemos la preparación sobre el molde caramelizado.

    Pondremos el molde al Baño María en el horno a 170º durante unos 50 minutos. El Baño María también puede realizarse en una olla a presión en cuyo caso el tiempo de cocción se reduce considerablemente, entre cinco y diez minutos (dependiendo del tipo de olla) después de alcanzar la presión máxima serán necesarios para que cuaje el flan. Tendremos que tapar bien el molde para que no le entre agua durante la cocción.

    Hay que dejar enfriar el postre para desmoldarlo.